Un añito en el infierno

Friday, June 30, 2006

ALGUNOS DIAS SON MEJORES QUE OTROS, SALVESE QUIEN PUEDA


No se equivoquen, el titulo del post no está repetido, son idiomas diferentes y con otras perspectivas. Hay días que empiezan bien y acaban bien, otros que empiezan mal y acaban peor, y la mayoría de ellos que comienzan adecuadamente y tiene que venir el gracioso de turno y joderlos.

Pues hoy es uno de esos días incatalogables que ha empezado bien y va a acabar mejor, con un sol radiante, caminando hacia la oficina vestido “excesivamente casual”, esto es, le he puesto las perneras al pantalón y me he abstenido de llevar las sandalias y la tabla de surf, y aun así, al entrar por la puerta seguía siendo un friki inadecuado para una oficina comercial. (zapatillas blancas, pantalones de mochilero y polo de rugby, mochila, gorra de Fernando Alonso y gafas de sol)

Anyway, el tema pinta bien, es viernes, esta tarde playa, frisbi y futebol, mogollón de trabajo entretenido por hacer, amigos en el messenger con los que compartir vivencias, y la reostia total es cuando abres el email y te reclaman para una entrevista. Claro, lo primero que piensas es: “mierda, si yo ya tengo trabajo, ¿y ahora que? Quien me mandaría a mí ponerme a enviar CVs”. Aparte de la mediosonrisa del triunfador que además juega con las cartas marcadas, el siguiente paso consiste en afrontar al jefe y decirle la verdad desnuda, eso, que estas en el mercado y además con cierto éxito. Es el momento de los sudores fríos, temblores, espasmos abdominales... y más aun cuando el día anterior otro compañero ha anunciado su marcha... y yo subir a hablar con el jefe con estas pintas de irish en Benidorm. Pero es que hay días que las sorpresas van de bien a mejor. Mi jefe, que para eso es jefe, y puede hacer lo que le de la gana, me ha recibido con una sonrisa y al presentarle mi caso me ha contestado afirmativamente, pero la cosa no acaba ahí, no no, que vaaaa, va y me dice “sois la mejor generación de becarios que hemos tenido en la oficina, y me alegro de que tengáis oportunidades, cuando hay productividad doy los días libres que sean necesarios”. Claro, yo he dado las gracias por su permiso y por el cumplido y lo he compartido con mis compañeros.

Y de mientras, así por la mañana he mantenido una larga conversación en el messenger con una vieja amiga a la que llevo nueve meses de ventaja en lo de aprender a vivir tu propia vida, y me ha reconfortado ver que soy capaz de dar consejos, mirar la situación con perspectiva y en fin, dar el asunto vlaamse como saldado.

Pero claro, ¿a qué viene lo de “sálvese quien pueda”? Veréis, Acid tiene la extraña habilidad de encontrar trabajo en proyectos que van a la deriva, o que tienen una vía de agua más larga que la del Titanic, o que son una tabla resto del naufragio. No os asustéis, a la vez también he cultivado una extraña habilidad para saber cual es el momento para saltar del barco, nadar y guardar la ropa (y además hacer creer a los que se quedan en cubierta que todo les va a ir bien, por más que no queden botes salvavidas).

La primera experiencia fue hace cuatro años, mi primera beca, la de los días de vino y rosas en el lobby, venga a beber nespressos, venga a cambiar comidas por documentos, venga a escribir papeles, venga a pegarnos con la comisión. Aquello era el Euro-puticlub en estado puro, incluso demasiado para un lugar tan serio como la Bruselas Comunitaria. Tanto que en un momento dado decidí largarme, por una cuestión de salud mental y porque era imposible que yo le diera la vuelta a aquello. Mis razones tenía, cuatro años después solo queda una persona de todo el equipo en la oficina.

Segundo acto: una multinacional americana de gran fachada, cotización en wall street, grandes contratos de gestión servicio cliente, y mucha pasta para contratar a lechones como yo para hacer el trabajo sucio en el mercado español y portugués. Allí estoy yo, rodeado de alemanes arrogantes que consideran normal gritarle a su jefe en una reunión, de gente que no se para a pensar como funciona el sistema, el contrato, los rendimientos, en fin, todo lo básico para saber si estamos produciendo o perdiendo el tiempo. Ante esa perspectiva, y después de la experiencia de lobby, uno es capaz de sacarle mas jugo a lo que no se dice que a lo que se dice, o incluso a lo que se dice mirando hacia el lugar equivocado. En una organización, cuanto más grande, más baja la mierda al escalón inferior, y cuando el canapé se convierte en vehículo de promoción, se tienen dos opciones: te pones las rodilleras o te buscas otra cosa sigilosamente. Mi salida de la empresa fue un sorpreson y para que negarlo, un placer inmenso. Mis compañeros me regalaron buen vino, y sabían que era afortunadísimo. El que mejor lo sabía era el director, y por eso me llamó para hacerme un tercer grado y que le explicara el compadreo que tenía montado a sus pies. Una vez más el tiempo me dio la razón, pocas semanas después despidieron a tres de mis compañeros y a mi program manager.

Y aquí estamos, en el tercer acto. No pienso volver a España a esclavizarme por 20.000€ sin seguridad social, así que he sacado los prismáticos y me he puesto a otear el horizonte en busca de tierra firme. Yo puedo salvarme y me voy a salvar. Cuando salte del barco os lo cuento, eso está prometido.

Mientras llegan y no llegan las ofertas el día ha de seguir mejorando que para eso es viernes, así que para comer disfrutaré de los huevos tontos que preparé anoche, y a las 16:30 enfilaré el camino de la playa. Cuando esté tumbado en la arena pensaré “que stress”. Y después de que baje el sol despegará el pájaro noctámbulo que llevo dentro.

Monday, June 26, 2006

What you see is what you get, ni tampa ni catón

Me invade la sospecha de que el putoblog no lo lee nadie. Eso es lo que deduzco de la sequía de comentarios explícitos o discusiones privadas sobre el contenido del mismo.
Es lunes, y los neerlandeses se han levantado apesadumbrados, podríamos echarle la culpa al clima y la verdad es que sería una buena explicación, en realidad es el clima lo que les hace tan asin. No, no es el clima, es la desafortunada derrota de ayer ante Portugal que les ha devuelto a su rutina diaria, y les obliga a retirar disimuladamente los adornos naranjas que invadían calles y bares.

No les voy a contar que yo ando afectado por el asunto porque les mentiría. Para ser honesto (to be honest), estoy bastante empanao y afectado por los sucesos del recién terminado fin de semana. Siempre es un placer recibir la visita de un buen amigo, aunque resulta complicado disimular cuando sabes que es la última. Han ocurrido demasiadas cosas en 48 horas y la quijotera no va muy sobrada de neuronas para poner en orden la marea de sensaciones que me arrastran.

Su última visita significa una señal de alarma, es el inicio de la cuenta atrás que a mi existencia Beneluxiana concierne. Es el principio del final en lo que a los Países Bajos se refiere, y quizás también en lo que concierte a aquel proyecto de internacionalización personal que iniciamos hace seis años. No soy esquizofrénico, digo bien iniciamos, porque no fui el único.

La realidad es que no queremos que esto se acabe, la mejor prueba es cuando uno hace la maleta y se olvida la mitad del equipaje. La confusión que embarga al blogger no es más que un miedo al vacío mal disimulado. En las últimas semanas he empezado a ver el precipicio allí a lo lejos, acercándose inexorablemente a mis pies. En alguna ocasión he creído encontrar un reflejo de otra orilla a mi alcance, pero me falta clarividencia para distinguirla.

El cuerpo me pide un retiro espiritual, y físico. Tengo confianza, atisbaré la otra orilla, saltaré y la alcanzaré, pero antes debo tomar impulso.

Friday, June 23, 2006

Vuelven los Lagartos !!!

¿Os acordáis de Mike Donovan y su cruzada por salvar la tierra de los malvados lagartos verdes? Si, si, aquellos que comían ratas de aperitivo para luego darse el banquete con seres humanos congelados. Esos que nos dieron las primeras pistas sobre la clonación y la manipulación genética. Pues acabo de leer que vuelven, el año que viene habrá una miniserie en la pequeña pantalla.

Aquello si que eran tardes de sábado, con los bocatas de nocilla, las peleas por el mejor sitio en el sofá que yo siempre perdía (para eso soy el peque) y acababa sentao en la alfombra, eso si, en el centro del campo de visión de la tele. Eran tiempos de héroes buenotes como El Equipo A. ¿Os fijasteis que tras 500 balas disparadas nunca nos enseñaban una gota de sangre o un cadáver? Por entonces ya comenzaba a discernir entre TV y realidad. Había un detalle intrigante en esa serie: ¿por que siendo soldados “de fortuna”, y buenos norteamericanos, hacían publicidad del subfusil soviético más famoso, llamado AK-47 Kalashnikov?

Eran los años ochenta, en los que sin duda teníamos muchas menos preocupaciones y más tiempo libre. Además nos racionaban lo bueno, series tan míticas como V, El coche fantástico o McGyver las ponían una tarde a la semana, sábado o domingo, y así nos motivaban para pasar la semana de cole rápidamente, y portarnos bien, no nos fuera a caer el temido castigo de “fin de semana sin televisión”.

Las series eran incluso educativas, yo aprendí a tapar un escape radioactivo de una central nuclear con una tableta de chocolate, por no hablar de la navaja del millón de usos (aparte del atraco con intimidación).

Ahora las series que nos tragamos versan sobre la cotidianidad, llevada a veces al extremo. Sex and the city nos muestra prototipo de mujer moderna, libre y emancipada que no hace mas que meterse en líos por esos motivos. Mujeres Desesperadas nos cuenta lo ideal de un mundo que no es real ni ideal, aunque a veces un poco cierto.

La última, que está recién salida del horno y recomiendo se llama Love My Way, es australiana, recuerda un poco a los míticos Rompecorazones, pero para adultos, con más drama y cargada de emoción. Ha conseguido que los martes me vaya a la cama pensando en cuestiones serias de mi vida, lo cual, aunque puede provocar insomnio, en general contribuye a mejorar ciertos aspectos.

Thursday, June 22, 2006

Contr adicciones

Habito en un país en que todos los días se les ocurre un cambio legislativo o reglamentario para ponernos los pelos de punta y frotarnos los ojos y terminar dándonos cabezazos contra la pared.

Hace unos días nos sorprendieron con la autorización para vender consoladores y derivados en las grandes cadenas de droguería, ya que, “la sociedad está acostumbrada a su presencia” y sus principales usuarios (mujeres), se muestran favorables a no tener que acudir al sex-shop para adquirirlos.

En Maastricht, ciudad conocida por un tratado legislativo europeo del mismo nombre, por su alegre carnaval, y por su accesibilidad desde las vecinas Bélgica y Alemania para adquirir estupefacientes, a su alcalde se le ocurre la brillantísima idea de sacar los coffe-shops del centro de la ciudad y reubicarlos junto a la frontera belga. Con la excusa de reducir la criminalidad y mejorar la imagen de la villa, se propone colocar un supermercado de drogas blandas y naturales junto a la frontera, fomentando el consumo en el país vecino, en el que esta prohibidísimo cultivar, vender y consumir cualquier tipo de estupefaciente. La forma holandesa de resolver un problema parece ser traspasárselo al vecino.

Continuando con el tema de las drogas. Ustedes conocen Holanda por la tibieza o benevolencia con la que se trata este asunto. Existe una amplia tolerancia, que no legalidad, hacia el comercio y consumo de drogas blandas en pequeñas cantidades. De hecho, por favor, levanten la mano los lectores que no se han fumado un canuto o comido un pastelillo de visita por Sodoma, digo Amsterdam.

Resulta, que las contradicciones inundan la política antidroga en este pequeño país del norte de Europa. La venta y el consumo, como he dicho, están tolerados, incluso regulados por los ayuntamientos. Pero el cultivo y aprovisionamiento son absolutamente ilegales. Entonces ¿qué demonios nos estamos fumando? ¿no están fomentando una actividad criminal al mantener los coffee shops abiertos? Digo yo que lo que venden no caerá del cielo así porque sí.

El penúltimo despropósito viene de una proposición legislativa para corregir el contrasentido antes citado, esto es, legalizar el cultivo o la importación controlada de sustancias estupefacientes. Evidentemente, después de la simpática idea del alcalde de Maastricht, el resto de socios del club Europa les han dicho a los oranjes que fumen lo que quieran pero dentro de su casa. En la lógica reacción reaccionaria que conlleva la propuesta, otros partidos proponen prohibir la venta de instrumental para el cultivo doméstico (lámparas, abonos, sistemas de riego por goteo o vaporización...) que son los mismos que se usan para cultivar tomates por ejemplo.

Y ya nos quedaba por oír la traca final. Se destina medio millón de euros, si, si medio millón, a premiar a los junkies con 56€ por cada semana que pasen sin mecerse cocaína. Con un riguroso proceso de comprobación por medio de análisis de orina. Los incentivos por cabeza pueden llegar a los 224€ al mes. Lo mejor de todo es que existe un programa que proporciona heroína gratis a los mismos sujetos.

Cualquier día de estos voy a anunciarles que en este país pagan a la gente por drogarse. Eso si, les parece mal que la gente hable en tono elevado, que se maten toros, que se tarde una hora en comer a mediodía o que no paguemos por aparcar.

Wednesday, June 21, 2006

El día más Largo

¿Lo recuerdan? Película del año 62 en la que se recrea con toda crudeza el desembarco aliado de Normandía, con un cartel de lujo que incluye a Sean Connery, Henry Fonda o John Wayne entre otros.

Casualmente hoy, como todos los años es el día más largo en cuanto a horas de sol, mejor dicho de luz (aquí el sol suele brillar por su ausencia). Este era el día en que se repartían las notas en el cole y la mochila quedaba colgada definitivamente para la mayoría de nosotros. Aquí empezaba la travesía del desierto para nuestros padres que, durante casi tres meses tenían triple ración de demonios de tasmania en casa en regimen twentyfour seven. Recuerdo que mis padres por estas fechas nos llevaban de vacaciones a Alicante, a torrarnos unos días, aprender a nadar, ver las fallas y quedarnos boquiabiertos con las batallas de moros y cristianos. Aunque parezca mentira, mi primer waffle lo disfruté en esa ciudad del mediterráneo, vaya, ese es otro indicio Belga.

Se supone que hace como diez minutos empezaba oficialmente el verano, pero les aseguro que se trata de una más de las falacias meteorológicas que acompañan nuestra existencia en esta parte del mundo. El día está tan oscuro y lluvioso que tengo la impresión de que nos están regando como si fuéramos un arrozal en la llanura vietnamita.

Pues si, se está haciendo largo esto, la rutina burrocrática es capaz de alargar cualquier proceso lógico y sencillo hasta el infinito y más allá (que diría mi amigo Buzz Lightyear). No voy a entrar a relatarles los despropósitos del día que para eso esta el blog B pero he llegado al punto de inflexión en el que uno deja de intentar hacer cosas, tener iniciativa, dedicar su tiempo en actividades útiles, para pasar a mirar hacia delante y buscarse otra ocupación en la que llenar o cubrir alguna de sus aspiraciones vitales.

Es la primera vez en muchos años que no tengo absolutamente ningún plan de vacaciones de verano porque como ya sabéis, ese concepto esta reservado a los asalariados fijos. Me conformaré con soñar una vuelta alrededor del mundo con varios tirabuzones, a ver si así acortamos la travesía.

Tuesday, June 20, 2006

En Rojo y Amarillo


Ayer disfruté de una reconciliación largo tiempo esperada. Apaguen las alarmas, NO he vuelto con la flamenca. Más bien fue un reencuentro con la historia, la épica, y el espíritu guerrero de la roja que me llevaron a volver a creer en Aspaña como un país, con gentes diversas, nacionalidades e identidades, pero un país detrás de once futbolistas y un abuelo al borde del infarto.
Mis primeros recuerdos futbolísticos se remontan a aquel año 82, por entonces yo era un guapísimo niño rubio con el pelo rizado (lástima que no tengo aqui la foto), mis piernas regordetas, pantalón corto y esa camiseta blanca con el naranjito en medio. Mi padre nos sacaba fotos a los tres hermanos de uniforme, y que orgullosos estábamos, aunque casi no fuimos conscientes de la penosa actuación de la selección anfitriona. De aquel mundial siempre nos quedará naranjito y esas tardes de verano en el pueblo tostándonos al sol comiendo flashes.
Dos años después tuve mi primera conciencia de lo que es la derrota, dolorosa derrota, cuando casi tocábamos la eurocopa con las manos al gran Arconada se le escapó entre su brazo y el cuerpo aquel lanzamiento. Un año más tarde, en 1985, adquirí por primera vez conciencia de lo grande que es un país unido frente al televisor, y empecé a creer en los milagros. 12 goles, 12, y alguno mas que nos anularon.
Llego al año 86, mi primer álbum de cromos del mundial completo, los tenía todos, aunque hubo que pedir los más complicados por correo. Ese año la roja jugó bien al fútbol, eran los tiempos del buitre, y la mano de dios de Maradona. Creo que todos sudamos un poco con los calores de México, le plantamos cara a Brasil aunque el arbitro dijo no al golazo de Michel, soñamos mientras le colábamos 5-1 a la dinamita roja y... aquí llega mi primer encuentro con Bélgica. Supongo que era un indicio de la importancia que el país del norte iba a adquirir en mi vida. Los diablos rojos nos bajaron los humos, y perdimos de la forma más dolorosa posible, Eloy falló el penalti.
Cuatro años después volví a completar el álbum, por entonces no me hizo tanta ilusión, de Italia me quedo con el sorpresón de Camerun y la errante actuación española (dispersa, que dirían los de RRHH).
Por fin llegamos al 94, todos preguntándonos que demonios pintaba la copa del mundo en un país en que jamás habían jugado con una pelota redonda en el césped. Lo de los gringos siempre había sido el baloncesto, cuantos partidos de los Lakers habré visto cerca de las estrellas con Ramon Trecet, luchando por no caer dormido en los tiempos muertos. La lógica se cumplió, estadios enormes y semivacíos, horarios infernales para la afición europea, y un arbitro que decidió obviar que a Luis Enrique le habían partido la nariz de un codazo dentro del área, y muchas otras cosas. Probablemente fue el summun de mi amor a la selección, del sentimiento identitario. Estar en un país extranjero hizo que nos uniéramos como una piña, y nos pintáramos la cara. Fíjate, allí, en plena adolescencia, aprendiendo a amar y teniendo que dividir mis esfuerzos entre la roja y la morena. Aquella tarde de sábado en Dublín lloré y reí a partes iguales, y aprendí lo a gusto que se está cuando compartes experiencias con la persona que quieres.
De lo del 98 mejor no hablamos, no hubiera estado mal de no ser porque era en Francia, estaba lleno de franceses y nuestro seleccionador decidió que estaba por encima del bien y del mal. Como de todo se aprende, en aquel verano yo aprendí a Zidane, o la inteligencia sobre el tapiz. Y lo bien que se ven los partidos en pantalla gigante de la Expo de Lisboa. Fue un gran verano, a pesar del fútbol, lo pasamos de cine.
Cuanto más lejos estás de casa, más estériles y absurdas te resultan las polémicas que generan los políticos y tratan de contagiar a los ciudadanos. El mundial de Corea fue la primera ocasión en la que sentí con tristeza que algunos ciudadanos se dejaban llevar por la marea, en ocasiones me preguntaba en que pensaban al ponerte mala cara por un comentario gracioso. Era cierto, la política le estaba ganando al deporte y ni siquiera en Bélgica podía abstraerme de la estupidez y gritar libremente. Aquel mundial también significó el primer choque con el mundo adulto, la presión de ir a gritar en rojo con un examen media hora después del partido. Volviendo a lo terrenal, un arbitro gandul, si, si, gandul, Al-Ghandur se llamaba, nos enseñó que el merchandising televisivo vale mucho más que la calidad futbolística y que cuando juegas contra los de casa tienes que hacerlo el doble de bien para tener opciones.
A partir de aquí, las criticas y el despellejar a cualquiera por una palabra mal leída han sido el cocido de cada sábado y pensándolo fríamente, igual hasta nos ha venido bien la cura de humildad, mediocridad y desunión nacional. De repente nos hemos plantado en 2006, con un país que no existe (o eso decían algunos), una selección del nivel de las ketchup (eso lo dije hasta yo viendo la clasificatoria), y una afición evaporada del mundo por la apestosa forma en que FIFA ha “repartido” las entradas.
A pesar de todo, de las derrotas sucesivas, del síndrome “cuartosdefinal” y de una perdida de interés por el futebol en general, anoche hice cosas que me hacen sentirme ESPAÑOL y muy orgulloso de ello (Y no, ustedes saben que no son exactamente facha). Mi vecino de enfrente ha colgado una bandera holandesa en la ventana. Yo he colgado la mía, sin gallina, sin toro, sin letras, ROJO Y AMARILLO. Como entre gimnasio y ducha andaba justo de tiempo para cenar en casa pues he hecho “lo típico”, eso que hacíamos de crios aunque esta vez sin la complicidad de mi madre. He metido la cena entre el pan y me he ido por la calle camino del pub, camiseta nacional, bandera a modo de capa y disfrutando cada bocao de la tortilla. Una vez en el Fiddler he escuchado el himno de pie, agarrado a mis compañeros, igual que los jugadores, he gritado hasta quedarme sin voz, como hacía años que no me ocurría viendo un partido. He pataleado, me he agobiado, resistido la imperiosa necesidad de fumar y he saltado de alegría con los goles. No os voy a engañar, sobre todo con el de Raúl.
Me llena de satisfacción poder plantear algunas preguntas a todos, y especialmente a los que no tenéis claro lo de el concepto España.
¿de donde es Xabi Alonso? ¿Y Puyol? ¿Y Cesc? ¿Y Xavi? ¿que me decís de Villa? ¿Y Joaquin? Si ellos están orgullosos de ser parte de este proyecto nosotros tenemos la obligación de apoyarles.
Tengo la suerte de tener amigos “centrífugos” desde Euskadi hasta Catalunya, o Valensia o Andalusia con su recién estrenada “identidad nacional”, ¿quien de vosotros no comparte conmigo varios recuerdos de la breve historia mundialista que hoy presento?
NOS VEMOS EN BERLIN

Monday, June 19, 2006

Pequeño regalo para vosotr@s


Las experiencias, buenas y malas, dejan huella y orientan el comportamiento futuro. El mundo del marketing y la publicidad trata de explotar el comportamiento básico del ser humano, el proceso de aprendizaje encarnado en el perro de Pavlov y su método ensayo-error.
La primera vez que vi el anuncio, estaba en la habitación de al lado de la televisión, con lo que en realidad escuché la mitad hasta que dentro de mi cerebro saltó la chispa y pisé el acelerador hacia el punto de origen de la melodía. En la mayoría de los anuncios la música acompaña a la imagen y la refuerza. En este ocurre todo lo contrario, se te ponen los pelos de punta aunque no estés mirando.
Así que como se que todavía estáis ahí, y lo demostráis cuando os necesito, os lo dedico con todo el ca-riño del mundo, estéis donde estéis, vayáis donde vayáis y aunque no hayáis visto el anuncio, con escuchar la versión en el link sobran más explicaciones.

Looking from a window above is like a story of love
can you hear me?
Came back only yesterday
we're moving father away
want you near me?
All I needed was the love you gave
all I needed for another day
And all I ever knew - only you.
Sometimes when I think of her name
when it's only a game
and I need yor
Listen to the words that you say
it's getting harder to stay when I see you.
All I needed was the love you gave
all I needed for another day
. . .
All I needed was the love you gave
all I needed for another day
. . .
This is gonna take a long time and I wonder what's mine canY take no morl
Wonder if youll understand
It's just the touch of yaur hand behind the closed door.
All I needed was the love you gave
all I needed for another day

Thursday, June 15, 2006

Some days are better than others


Este va a ser uno de los posts mas insustanciales y negativos que he parido, se siente, pero el día y el menda no dan mas de si. Mantener la tensión narrativa y la tormenta de ideas surrealistas durante tantos días seguidos no es nada fácil. No se preocupen, no es que me este quedando sin temas; se trata de un vacío anímico, existencial, casi casi a la misma altura que mis ex-lectores de los que hace tiempo que no se nada.
Llueve en La Haya, eso ni es noticia ni es nada. La mitad de la oficina esta de vacaciones y de la otra mitad, unos están preparándolas y otros cagandonos en la puta madre de quien sea porque en nuestro estatus de “ultimamierda bien pagada” no tenemos derecho mas que a 8 días en todo el año (de octubre a septiembre), que a estas alturas han volado.
Dentro del concepto “ultimamierda”, además, aquí, somos de cuarta categoría. ¿Como se me debe quedar el cuerpo al enterarme de que en las oficinas de nuestra organización alrededor del mundo unos ven el partido de la selección en la sala de juntas con pantalla gigante, otros desayunan cruasans en el sofá con el equipo directivo frente a la televisión, a otros simplemente les dan la tarde libre para apoyar a la madre patria?, e incluso los hay que pueden llegar tarde al día siguiente. Aquí, ajo y agua, ni tele, ni tarde libre, ni siquiera autorización para escucharlo por la radio. Y si no quieres café, toma dos tazas, para recochineo el jefe nos pregunta si no somos futboleros, y se pasa la tarde de ronda asegurándose de que el personal se concentra exclusivamente en el trabajo asignado.
En un alarde de optimismo podría decir que “no tengo planes mas allá de esta cena”, y digo de optimismo porque en realidad no tengo ni idea ni ganas de cenar.
Igual me tomo un descanso de blog por tiempo indefinido, hasta que me ocurra algo relevante o descubra que hay alguien ahí fuera que todavía lee estas líneas.

Wednesday, June 14, 2006

Preguntas

Hay días en que el protagonista de este blog se hace preguntas. Preguntas retóricas, preguntas sin respuesta, preguntas estúpidas, preguntas que no quiere responder, preguntas que nadie quiere responder o que ni siquiera me atrevo a plantear.
La pregunta numero uno en el ranking de hoy es : “Do you think you are who you are or you can chan-ge it and control who you are?”
Desde fuera, los que me conocéis estaréis pensando que soy como soy, para lo bueno y para lo malo. Desde dentro se ve de otra forma. A veces soy como soy, y estoy encantado de conocerme, otras veces puedo cambiarlo y controlarlo, pero también me ocurre que a veces no puedo hacerlo. La respuesta que encuentro es que no hay respuesta correcta, es como los tests de personalidad que te hacen en las selec-ciones de personal, te dicen aquello de “no hay respuestas buenas o malas, responde lo que te venga a la cabeza”, LOL, menos mal que he aprendido a sortearlos porque si pusiera lo que de verdad se me viene a la cabeza probablemente los psicólogos perderían su trabajo.
En fin, quizás la respuesta más cercana a mi posicionamiento me la han dado desde fuera, soy como soy, no puedo cambiarme pero si reciclarme.
La segunda pregunta del día es: “¿Que demonios significan estos sueños?” Os explico. Anoche hacía tanto calor que no lograba dormirme, y cuando iba a conseguirlo estalló un tormentón, así que abrí la ventana para refrescar el ambiente, ver los rayos, y escuchar la lluvia. Me encanta escuchar la lluvia.
Y cuando me quedé dormido soñé, y lo raro es que lo recuerdo, y más raro aún es que no tiene ningún sentido, ni conexión con la realidad. (o igual si pero yo no lo se). Se supone que los sueños se componen de vivencias, reflejos, experiencias cercanas o lejanas, pero esto no hay por donde cogerlo.
Caminaba por el pasillo de una escuela dejando en el suelo lacasitos, si, si, con un tubo amarillo iba soltando lacasitos de ácido, para que el resto de niños se los comieran, les diera el subidón y se montara una gordisima. Cuando ya había recorrido toda la escuela por supuesto una profe me pilló, y me acusó de ser un junkie y querer drogar a todo el colegio con mis lacasitos ácidos. Yo le respondí todo solemne diciendo: “NO son lacasitos, son SMARTIES”, ella pensaba que yo intentaba desviar la atención del tema principal (reparto indiscriminado de drogas en un colegio) a otro tan irrelevante como la marca de las drogas, así que insistía en sus acusaciones. Y yo, ni corto ni perezoso le dije: “está usted loca, simplemente estoy repartiendo smarties entre mis compañeros, y si no me cree, pruebe uno”. Y lo probó. No veáis su cara de sorpresa al descubrir que efectivamente, lo que yo había diseminado por los pasillos y aulas eran Smarties, no eran Lacasitos y mucho menos Ácido.
En este sueño no había ninguna cara ni lugar conocido. Juro que yo no había estado allí en mi vida, ni conozco a esa señora, ni me he metido jamás un tripi; y no como smarties desde que mis tiempos de teenager en Irlanda (hace 14 años)
Segundo acto:
Estoy con un amigo indeterminado hablando de rugby, de lo bien que había jugado Stringer con el Munster hace unos días en la final de la Heineken Cup, y en la siguiente imagen estoy jugando en un equipo, haciendo de scrum half, y haciéndolo muy bien. El público aplaudiendo y yo flipando al ver lo bueno que soy. Y al final del partido me encuentro con Brian O´driscoll, voy a hablar con él, y me igno-ra, no me conoce, me trata como a un fan cualquiera, y entonces me despierto. Lo curioso es que me perdí la final de la Heineken Cup, pero me he puesto a mirar los titulares de la prensa anglosajona, y resulta que Stringer hizo el partido de su vida.
Y aquí estoy, dándole vueltas a mi existencia trascendental y el aluvión de coincidencias me inundan. Se admiten respuestas

Tuesday, June 13, 2006

El amor o ponerle puertas al campo

Recapitulando definiciones audaces del peor veneno sobre la faz de la tierra, la droga mas consumida, esa que te puede llevar del cielo al infierno y del infierno a escuchar a Julio Iglesias en pijama un domingo a las cinco de la tarde mientras desayunas pacharán.
Un niño rubito, simpático y espabilao, de esos encantadores que todos querríamos tener por hijo describía sus síntomas como: "hablar, sonreir y darse besitos". Si me doy una vuelta por el diccionario encuentro algo asin "Conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra, o bien a las cosas, ideas, etc.", osease, basura de literatos que no han salido de su despacho de la academia en los 84 años de su vida.
Poniéndome forense lo describiría como ese agujero en el estómago que te impide comer, hablar, sonreír o articular palabra ante la contraparte. Sobre el tamaño del agujero y la forma podéis orientaros viendo Terminator 2, es como cuando le disparan al T1000 con el trabuco y le hacen transparente a la altura del estomago, aunque claro, el mercurio se recompone en cuestión de segundos y sigue corriendo y dando mal
(que para eso es el malo). La única diferencia es que yo no soy de mercurio.
Los científicos dicen que usamos menos del 10% de nuestro cerebro. Yo discrepo, creo que es el corazón lo que solo usamos en ese porcentaje.
Cuando un lechón ibérico dice “yo no me quiero enamorar” tiene tanta credibilidad como cuando dice un sábado a las cuatro de la mañana “yo no estoy borracho”, y es que “la melancolía es un licor muy caro, y sin darte cuenta ya te he emborrachado”.
La naturaleza humana hace que el dichoso elixir escape a nuestro conocimiento y control. Si te toca beber del licor amargo te dices aquello de “nunca más”. Te pones borde y te cierras al mundo, pensando que cada persona del sexo opuesto es potencialmente una dosis del veneno así que la mejor defensa es un buen ataque, esto es, “centremos todo contacto en el sexo y así esquivamos el amor”. Pues NO, no va a funcionar, porque los lazos afectivos, el flechazo, el subidón llega por casualidad, cuando menos te lo esperas y por la espalda.
Así que quitaos la armadura, y dejar que pase lo que tenga que pasar, porque al amor, como al campo, no se le pueden poner puertas.

(Nota aclaratoria para la gente de AERNI y menosmimadre.con , este post va sobre amor, el tema matrimonios, sabotajes, hipotecas, divorcios lo trataré en otra ocasión)

Monday, June 12, 2006

Marea ORANJE

Con buen criterio, espero, y tras un consejo de bloggera a blogger, dejo el tema explosivo para otro dia que tenga más chispa y me centro en la fauna que me rodea

Para los no iniciados en el idioma de las tierras de flandes (en el sentido amplio del término), Oranje es el nombre de la dinastía real neerlandesa desde hace... un güevo de tiempo. El termino también es un color, naranja para mas señas, que se convierte en la señal de identidad de los “enormes” habitantes de los Países Bajos.
Estas gentes frías, fornidas y directas hasta sobrepasar el límite de lo cortés, dos veces al año de promedio se enfundan sus camisetas, trapos y otros gags del color nacional para reivindicar su pertenencia, afirmar su unidad y, por que no, librarse de su aburrida personalidad como nación y correrse una juerga en condiciones.
No os miente quien dice “hay que estar allí para vivirlo”, pero hay que estar, antes, durante y después, para notar la transformación que disfrutan los individuos. Me pueden caer mas o MENOS simpáticos, parecerme más o MENOS educados, o listos, pero lo que si les otorgo es el sentido de la oportunidad comercial. Desde hace tres semanas el marketing del país pivota sobre la Copa del Mundo y el color naranja. Pero no se piensen que simplemente regalan camisetas al comprar el pack de cerveza, que vaaaaa, el concepto asociación-pertenencia al grupo se extiende a cualquier producto de consumo que se les venga a la cabeza. Hagamos una prueba: las patatas fritas (que por su naturaleza siempre han sido y deben ser amarillas) también se vuelven naranjas. Añádase a esto cualquier producto que se pueda encontrar en una estantería (maquinillas de afeitar, condones, pantallas de plasma, bicicletas... De hecho he decidido no comprar champú hasta bien pasado el acontecimiento, no vayamos a tener una sorpresita.
De repente las calles se llenan de globos, banderas, y fachadas enteras de las casas se tiñen de naranja. Las camareras se pintan la bandera en la cara, los trams cambian de color, y las bajas laborales en la jornada posterior al partido de la selección aumentan un 20%. Y es que la fiebre naranja también conlleva su resaca.
Mi primera experiencia naranja tuvo lugar en la noche y el dia de la reina. Yo también había oído esa frase de “hay que estar allí”, así que allí fuimos, dispuestos para la batalla, embutidos en cualquier objeto que cumpliera el dress code de la ocasión. La noche de la reina hubiera sido una grata sorpresa de no ser por el frió “reinante”. Jamás había visto tanta gente en las calles de La Haya, de hecho ni siquiera pensaba que cupiera tanta marabunta en tan poco espacio. Venga cerveza, venga concierto, venga naranja, venga cañonazo, y así hasta las mil. Y el día de la reina... primera sorpresa: “esta prohibido beber alcohol en la calle antes de las seis de la tarde”, pero todo el mundo lleva una cerveza en la mano. Que digo una cerveza, me crucé con varios individuos naranjas acompañando carros de supermercado llenos hasta arriba del liquido dorado. Segunda sorpresa: aunque parece que por un día estas gentes han decidido dar rienda suelta a su buen rollo, siguen sin comunicarse con las criaturitas de pelo oscuro, ni aunque rompamos el hielo con nuestra mejor sonrisa y alguna frase de manual del buen pescador.
Para lograr la prueba definitiva y saber si esto de la fiebre naranja va en serio o es un producto más del marketing de masas (que lo es a buen seguro), se me ocurrió eliminar el volumen de la TV cuando marcaron el gol el sábado y he de admitir que algo tembló la tierra en ese instante. Después continué mi estudio empírico en la playa, pero allí se frustraron mis ansias de encontrar el espíritu neerlandes, la raza, la furia. Aunque no hubo más goles, ver el partido en un bar abarrotado de gentes naranjas y envuelto en el silencio me resultó del todo contradictorio. Esperaba, añoraba, suplicaba por escuchar gritos, cánticos, sonrisas, lagrimas... nada de eso, perfecta seriedad holandesa, con algun uuuuyyy por lo bajini. Y es que aunque la mona se vista de seda (o de naranja), mona se queda. La Pasión sigue siendo patrimonio de algún país al sur de los pirineos.

Friday, June 09, 2006

Cocineros y pimientos viajeros


Hace muchos días que no hablamos de cocina, y como ando un poco espeso (hasta grumos me están saliendo), voy a intentar recordad los Pimientos del Piquillo rellenos de Bacalao que preparamos en Hong Kong hace un par de meses.
Primero me gustaría hacer un pequeño comentario sobre los más celebres cocineros de la pequeña pantalla. Sobre Arguiñano hace tiempo que está dicho todo, es el peor cuentachistes del universo (si, peor que yo incluso), pero cocina fácil, y si todos nos emporraramos como el seguro que nos descojonabamos de risa. José Andres, uff, que tío mas pesaaaaao, aunque hay que reconocerle el mérito de echarle un morro estupendo y no hacer ni el huevo. Sus greatest hits son pasarse 34minutos para preparar un ketchup y una mostaza para una hamburguesa y acabar el programa diciendo que como la gente no tiene tiempo lo mejor es comprarlos de bote. El fucking crack del morro otro día fue capaz de ocupar un programa entero para enseñarnos a preparar un sandwich mixto de jamón y queso. Madreeeeee. Mi favorito sin duda es el rubito británico este que siempre lleva los mismos vaqueros y la camisa de cuadros. Es mi favorito porque teniendo en cuenta la escasísima tradición culinaria de su país de origen es capaz de aprender de todas partes, enseñarte países, ingredientes, gentes, e improvisar con lo que le echen. Además hasta se preocupa por ofrecer consejos para que los niños coman bien y no les ceben como ceporros en los colegios. Desde hace unos meses he dejado de comer nuggets de pollo gracias a el. Uff, no os voy a contar como se hacen, pero anticipo que no es pechuga de pollo lo que coméis.
Vuelvo al tema de los pimientos viajeros. La historia comienza una mañana de abril en la que como buen hermano que va de visita, le pregunto al ternasco grande que si necesita algo de Europa, y le relato de qué tengo existencias. El ternasco muestra lógico interés por el jamón, chorizo, fuet... y las latas de pimientos del piquillo. Así que incluyo dos latas de pimientos del piquillo tamaño mediano en el petate. 12 horas de vuelo, 5 gintonics, 4 películas, y una ración sabrosísima de “heavy turbulences” después aterrizo en la ciudad de los sueños. Nada más llegar a casa comienzo a repartir los encargos y presentes para satisfacer a mis anfitriones. Cual es mi sorpresa al ir a dejar los pimientos en un armario y encontrarme... dos latas más allí estacionadas. Osease, 9.400 Km. y mi renuncia a tan preciado manjar para que su señoría los pueda comprar en el supermercado de la esquina. Omito los insultos.
Visto que en HKG con dinero se puede comprar absolutamente todo, si, también venden cola cao, y boquerones, y fabada, casi nos podíamos haber ido al restaurante en vez de pelearnos con el bacalao en casa.
Venga, ahí va la receta, que alguno ya se ha rajao de leer y todo. Primero conseguir unos trozos de bacalao salado, como medio kilo. Para xpats buscar alguna tienda portuguesa. Poner el bacalao a remojo un par de días, cambiando el agua después del primero. Una vez desalao hay que picarlo como si fuera para croquetas, quitando todas las espinas y pieles. Picamos un trozo de pan (cuatro dedos) y lo ponemos a remojo en un tazón con leche. Tambien picamos una cebolla muy fina. La ponemos a rehogar en aceite de oliva y añadimos el bacalao, un par de vueltas y le echamos un chorrito de vino blanco. (el tipo de vino es libre, pero suave mejor). Después añadimos el pan y la leche y vamos haciendo una bechamel añadiendo harina (pasándola por el colador para que no haga grumos) y leche poco a poco hasta que quede una pasta uniforme ligeramente espesa. Dejamos la pasta enfriar en una fuente o plato amplio. Sin prisas, aguanta varios días en el frigorífico.
El día señalado rellenamos los pimientos con la pasta, los rebozamos suavemente en harina y los freímos dorándolos ligeramente y reservándolos en una fuente.
Para la salsa necesitamos medio vaso de vino blanco, algún pimiento que se nos haya roto en la lata lo picamos y lo añadimos, un par de tomates pelados (se pueden comprar en lata). Pasamos la mezcla por la batidora y después lo freímos dos minutos añadiéndole orégano, basílico y sal al gusto. Y ya sta. Si tenéis una cazuela de barro podéis calentar los pimientos con la salsa allí, y si no los ponéis en el microondas con la salsa un minuto y a comeeeeer.
El vino: como es un plato pesado, recomiendo un vino ligero para equilibrar, blanco, portugués cualquier branco-verde muy frío, español le van bien los ribeiros/albariños o txacoli (de Guetaria of course).

Thursday, June 08, 2006

Email convertido en Post


A veces uno se gusta tanto en la labor de escribir un email agradable a la lectura, gráfico y expresivo, que el resultado acaba formando parte de un post en el blog para el disfrute colectivo.
Pues ayer con el dolor de espalda me fui a la playa y me tumbé en la arena a leer a ver si así se me pasaba un poco. No tuve éxito pero tampoco fue a peor el tema. Después me di un largo paseo descalzo por el agua (lo admito, las tres primeras olas casi me da un yuyu), y llegué a la conclusión de que ell@s se lo pierden, que quiero vivir junto al mar, porque es un privilegio poder darse ese paseo y relajarse mirando al infinito. Cuando sientes el agua bajo tus pies, la luz del sol en los ojos y la brisa marina en la cara tu única preocupación es la ola siguiente. Esa es la filosofía de mi vida actual. Sentirse BIEN, disfrutar del momento, sonreír recordando una tontería, obviar la espalda torturada, enterrar los brownies del trabajo, pasar de entrar al trapo, olvidar el saldo de la cuenta corriente, dejar escapar el tram, y seguir caminando sin prisa pero sin pausa, viendo como baja el sol, con la seguridad de que mañana volverá a salir y yo estaré allí para saludarlo.
Caramba, me está saliendo tan lindo el mensaje que igual lo transformo en blogpost. Este es el momento en el que la vena sensible de Acid deja paso al perruzo-canalla-homoludicus/lazybastardus.
Entretanto tengo que deshacerme del dolor de espalda y llevar un cajón de cervezas a casa, actividades que parecen poco compatibles. Y mañana... You´ll never walk alone.
Pienso tomar posesión del sofá a las 15:30 y no abandonarlo hasta el domingo a las 11 de la noche. En el menú voy a incluir patatas bravas, palomitas, embutidos de guijuelo, Mundial de futebol, Dauphiné, British GP, Roland Garros, Kill Bill 1 y 2, y por supuesto, National Geographic para los huecos entre evento y evento. Ahora debería poner el típico asterisco *. Programa sujeto a cambios drásticos de ultima hora cuya naturaleza, solo comentaré en privado y previous email request.

Wednesday, June 07, 2006

TRADESHOWS, Ajos y otras historias

Cualquiera que tiene la suerte o la desgracia de verse envuelto en el mundo de los Tradeshows sabe que en un mismo recinto hay mil formas de afrontar la participación o la visita. “Cada cual cuenta la feria como le va”. Así que voy a dedicar este post al informal (que me enseño como engañar al segurata del SIMO) y a todos los que algún dia nos hemos visto en una o las dos caras de la moneda.
Desde el punto de vista del visitante hay tres formas de visitar la feria: Profesional, Pasatiempos, Gorrón desocupao/pollo mareao. En un mundo feliz, lo ideal sería poder combinar los tres aspectos en la misma visita (la cuadratura del círculo). Créanme, eso es posible en el fabuloso mundo de los comex, siempre y cuando uno adopte los roles en el riguroso orden antes indicado.
El profesional se molesta en leer documentación, preparar un recorrido aproximado, marcar con una X los stands que convienen a los intereses de su empresa, y establecer una posición inicial para entablar contactos con los exhibidores (que no con las azafatas exhibicionistas). Una vez inmerso en el agotador pateo por los mal llamados pabellones (para mi siempre se han parecido mucho mas a un hangar de aviación), y después de recoger suficiente información para satisfacer el propósito inicial de la visita (desde evaluar un producto a copiarlo pasando por escribir un informe que nadie va a leer), se puede alcanzar la fase del Pasatiempos. El pasatiempos se alcanza en un stand indeterminado cuando el pollo que debería atenderte tiene tan pocas ganas de seguir currando como tu y la conversación inicial sobre una determinada maquina cortadora/laminadora multi-purpose-whatever encuentra un punto de conexión con tu origen geográfico, escuela universitaria o partido de fútbol de la noche anterior. La señal más clara de que se ha alcanzado este estadio suele consistir en que el plato de jamón y la botella de vino reemplazan a la libreta de los apuntes y las tarjetas de visita. A partir de aquí ambas partes pierden la noción del tiempo, y la información fluye de una forma más natural y práctica que en la entrevista-prototipo-tostón. El pollo te cuenta de verdad como esta el mercado, lo harto que está de su jefe, lo bien que lo pasaron la noche anterior en aquel club de cuyo nombre nadie se acuerda hasta que llega el cargo de la visa... Y así hasta que el pollo te insiste en que te pases por allí mas tarde y te lleves unas muestras (de los productos más variopintos, pueden tanto tuercas como ajos, galletas integrales o bolitas de poliuretano)
Cuando por fin llega la hora de recoger los chiringuitos, de repente a todo el mundo le entra la generosidad exacerbada con el único propósito de no cargar de vuelta a casa con las pesadas muestras. En este momento se empiezan a localizar en el horizonte algunos individuos cuya indumentaria y discurso nada tiene que ver con el tema de la feria. Estos son los auténticos profesionales de la rapiña, provistos de una credencial prestada, su mejor sonrisa, y un trolley mejor que una bolsa de plástico, comienzan a recorrer los stands metiendose a la buchaca todo lo que el exhibidor ha abandonado a su suerte. Entre tanto, el esforzado comex (en estado de pollo mareao) se esfuerza en rechazar la enésima invitación o muestra de regalo, arrastrar las veintitrés bolsas y salir del recinto lo antes posible para quitarse la corbata y encontrar un contenedor en el que deshacerse de la mitad de la carga que no sirve para nada.
Pongámonos en la piel del exhibidor/organizador: viaje de 1500km, cargado de material, cuatro días por delante en los que facturar lo suficiente como para justificar la verbena. El primer día vamos a saco, todo simpatía, todo features and benefits para el potencial cliente. Y la primera noche, que decir de la primera noche, trabajo bien hecho... , el segundo día, resaca severa, los clientes se vuelven exigentes y la neurona sigue dándose de ostias con las paredes del cerebro. Segunda noche: “hoy me retiro pronto, que queda mucha feria”. Y una mierda. Te encuentras con Pakito que resulta ser tu mejor cliente, y como vas a dejarle escaparse a cenar con la competencia... Tercer día, esto flojea (así en general), viene un pollo becario de alguno de las decenas de organismos de promoción de exportación que tenemos en un país llamado España a dar el coñazo, pero al final acaba amenizándote la mañana, al fin y al cabo es mejor estar de charla relajada con alguien a quien no vas a vender nada que cagarla con un cliente potencial a causa de la pronunciada resaca. Tercera noche, “hoy si que no salgo, que mañana hay que recoger el stand y viajar”... por supuesto, después de tres días de infierno en un hangar de aviación rodeado de azafatas intocables uno ha entablao conversación con su stands vecinos, y que menos que tomar una caña para sellar esa amistad. Cuarto día, aquí no viene ni harry, me duele la cabeza y no quiero perder el avión, así que a recoger prontito y engañar al segurata para que me deje escaparme con el equipamiento antes de las 3. (y con suerte estoy en casa a cenar). ¿y que hago yo ahora con todas estas muestras, folletos y gadgets varios inventados por algún iluminado de la publicidad para llamar la atención? Joder, el que va a llamar la atención soy yo si intento facturar todas estas cajas, los de la aerolínea me cubren a besos. Y mi jefe me corta.... la financiación. En este punto, después de cuatro días de paliza algunos todavía conservan la lucidez suficiente como para sacar algo en claro de semejante perdida de tiempo y dinero... y empiezan a conectarse a la página de su compañía aérea para ver cuantos asientos quedan libres en el avión.... y a cruzar los dedos para que se llenen... (enlacen con el capítulo anterior y hagan la cuenta)

Tuesday, June 06, 2006

EL OVERBOOKING: NADA ES LO QUE PARECE


Domingo por la tarde, el puente largo ha sido un éxito, has exprimido hasta la última gota de los 200€ que pagaste por el billete, y ahora toca recoger velas y volver al realworld. Los tipos como yo siempre se las apañan para liar a alguien que te acerque a Barajas y te haga compañía en el difícil momento de separarse de la tierra madre. En estas que el previsor viajero llega una hora antes a facturar y se encuentra los mostradores de la aerolínea vacíos. ¿que pasa aquí? Por fin atisbó una señorita refugiada bajo el cartel de “Business Class” y cuando me intento dirigir a ella y colocar mi maleta en la cinta contesta como un resorte “el vuelo esta sobrevendido, es posible que no pueda volar hoy”. A lo que el viajero contesta educada y solemnemente “eso no es posible, tengo una reunión mañana a las 9 en punto, precisamente por eso he venido con antelación al aeropuerto”. A partir de aquí el viajero comienza a subir el tono de su descontento X”·$%&****”$&$%··&/#### ¡!!! Y la pobre desgraciada trata de capear el temporal y no perjudicar más la ya deteriorada imagen de su empresa. Te hacen una vaga promesa de intentar meterte en el primer vuelo del día siguiente, y te aseguran en varios idiomas que te van a compensar por las molestias y bla bla bla... Mientras tanto, tu acompañante se avergüenza de haberte conocido en una vida anterior, pone cara de circunstancias y promete no volver a acudir a un lugar público contigo. Así que vas a la puerta de embarque con la remota esperanza de que algún pasajero incauto no aparezca por allí y te puedas colar en su asiento, cosa que ni de coña va a ocurrir porque los de la aerolínea, que son requetelistos, han vendido billetes como boletos de tómbola y todavía hay otros 8 pasajeros disputando cada asiento libre. Así que tras una infructuosa espera, te devuelven la maleta, y te empaquetan a un hotel. Por supuesto las señoritas empleadas se refugian tras el cristal y no hacen el mínimo ademán de acompañar a los pasajeros a coger el minibus. Como casualmente los pasajeros son holandeses que no habla ni J en la lengua de Cervantes, al lechón que escribe le toca traducir y dar explicaciones a todo el mundo. Al final a uno se le pasa el mosqueo cuando le dan el vale de alojamiento, el cheque de compensación y sobre todo cuando ve la cama XXL que tiene la habitación del hotel. Al dia siguiente, una vez recuperado el sueño y asumido lo inamovible de la situación, te llevan al aeropuerto y las mismas personillas a las que has insultado la noche anterior, te facturan saltándote la fila, con una sonrisa de oreja a oreja y te dan tu asiento favorito en el avión.
Cuando a uno le toca "sufrir" el Overbooking se pregunta mil veces como es posible que te dejen tirado asi, los peores instintos de venganza salen a flote, desearías que les pusieran una multa de mil millones de euros, que alguien hiciera algo, no se, que un policia se llevara esposado al supervisor, algo que repare el momento de impotencia y frustración.
Os explico lo que he logrado aprender del tema para que no le deis demasiadas vueltas si un dia os toca esta "situación". Las compañias aereas pueden legalmente vender hasta un 7% más billetes que plazas tiene el avión. Esto se hace porque estadisticamente, entre los viajeros con billete flexible, ese porcentaje suele no presentarse o cambiar su reserva por otro vuelo anterior o posterior. A las aerolineas lo que les interesa es el Sr del maletin y el laptop, que paga 1200€ por el mismo trayecto que tu y yo pagamos 200. Asi que cuando se les va la mano o aparecemos todos a volar, al primero que le dan la patadita en el culete es a ti. No importa que llegues pronto a facturar o que lleves siete churumbeles de la mano, lo primero que se mira es la tarifa pagada. Así, siempre les sale mejor darte la patada y indemnizarte con 300€ que perder a un viajero que regulamente se gasta 1200. Por último os explico dos trucos de magia para no verte envuelto en este jaleo: a)facturando por internet el dia anterior. b) (esta mejor no la cuento, que alguno todavia se esta descojonando de risa)

Fin de la Historia. Bueno no, el fin de la historia será cuando disfrute del billete gratis que me gané a base de paciencia y mala educación. :-)

Friday, June 02, 2006

Que pesaaaaos, que pesaaaaos

Joder, yo solo quería ver el putrefacto telediario del canal internacional de TVE (si, si, esa cadena que se han inventado para flagelar a los españolitos que un día mas o menos lejano, y con motivos variados decidimos buscar nuevos horizontes). En esto que empiezan a dar el tostón con la cantaora, y venga a hablar, el hermano, la piriodista, elmodovar, y toda la saga de chupacámaras que la querían muchiiisimo. Bien, la Sra en cuestión debe ser una institución en nuestra patria, pero de verdad, a mi me preocupa más el calentamiento global, el proceso de paz, el descenso del paro, la emigración, y por que no decirlo, los ketchup que nos representarán en Alemania.
Acepto que sea la noticia de portada, que le dediquen unos minutos, pero NO el telediario entero. Y esto ocurrió por la mañana. Por la tarde por supuesto tomé medidas drásticas (quizás no lo suficiente), y me quedé con Roland Garros y National Geographic. Digo que no lo suficiente porque en un intermedio se me pasó por la cabeza intentar leer las noticias en el teletexto de nuestro glorioso canal público. Craso error, me resultó imposible concentrarme al escuchar de fondo como el encargado del cementerio de Chipiona explicaba, sobre un plano del camposanto, con todo lujo de detalles, el lugar y la forma de enterramiento de la dichosa cantaora. ¿De verdad hay alguien a quien le importe eso? Tardé unos segundos en reaccionar y eliminar el volumen de la emisión, pero aún pasé unos minutos dándole vueltas a la vulgaridad que puede alcanzar el periodismo alimentado por la mediocridad de nuestra sociedad. (estas gilipolladas morbosas no las harían si no hubiera dos millones de casposos frente al televisor)
La guinda del pastel la puso Joaquín Cortes. Después de observar el desfile de famosos consolidados muy compungidos y de riguroso luto aparece el tío simpático con un traje azul celeste y la media sonrisa de los triunfadores a expresar su consternación (sin poder esconder la sonrisa de acabar de echarse un buen polvo, no se de que tipo)
En todo este homenaje al gusto patrio y el drama magnificado voy a romper una lanza en favor de un periodista. Soy ácido pero también intento ser ecuánime. Así que me alegró escuchar a Lorenzo Milá comenzar el telediario de las 9 ofreciendo la noticia de la Sra Cantaora explicando que había librado una dura batalla contra el cáncer y, como muchas personas anónimas la había perdido. En fin, que todos tenemos un familiar o amigo que se nos ha escapado de las manos por culpa de la enfermedad, y que cada una de estas personas merecería ponerle un altar en televisión para tratar de ilustrar el sufrimiento injusto de esa batalla, a veces no recompensado.

Thursday, June 01, 2006

La Decisión


A ver como escribo yo esto sin hacerme la picha un lio. Se que va a sonar a fotocopia del post de una bloggera de BRU que escribe mucho mejor que yo, así que intentaré darle un toque personal aunque nuestras largas historias de fondo tienen una carretada de coincidencias.
Es como una película, o mejor dicho un sueño, en el que avanzas por un camino hasta que llegas a un cruce en forma de T con una flecha indicando el destino que te espera a cada lado. Y aquí me he encontrado yo, viendo que ha llegado el momento de tomar “la decisión”. A la izquierda el cartel indica algo así como “sueños, 9.274km” y a la derecha pone “realidades 1.751km”.

He pasado un fin de semana estupendo, descubriendo que Zaragoza solo esta a una hora y veinticinco minutos de Madrid (y 39€). Normalmente el viajecito a España de cuatro días suele ser tremendamente estresante y agotador, y suelen disfrutarlo todos los que están a mi alrededor menos yo. Pues esta vez ha sido distinto, el jueves saboreé hasta el ultimo grano de la paella que preparó mi señora madre en el campo en honor a dos de sus retoños. La ocasión lo merece cuando nos hemos ido cada uno a una punta del planeta. Entre recado y recado conseguí tomarme un café con casi todos los que me quedan por la capital del Ebro (disculpas a los que no ví), y entre café y café empecé a percibir las primeras señales de que la decisión empezaba a asomar el hocico.
El viernes tuve la extraordinaria alegría de volver a ver a mi abuela, que sigue llevando estupendamente los 96 años y recibiendo el cariño de sus hijos y nietos (cada cual a su manera). Y por la noche... allí nos juntamos los tres mosqueperros y la dartacana a luchar contra el cardenal richelieu encarnado en camareros que no saben lo que es un doble de cerveza en La Latina!!! Dios los cría y ellos se juntan, eso nos pasa a los miembros del recién fundado club “Menos mi madre.com”. Cuando has compartido lo mejor y lo peor con quienes te rodean te sientes a gustito, hay barra libre de humor negro, puñaladas que resbalan y de las que te ríes a carcajadas al día siguiente, pero sobre todo hay cariño. (hago un inciso aclaratorio, lo de “estás fatal Nacho” y que tengo una enfermedad igual es verdad. Y lo hago constar para jachondeo de dos personas que he conocido: el viernes una encantadora chica de Aluche y el sabado la sonrisa más poderosa de Madrid)

Podría seguir relatando el tamaño de las ojeras en la comunión del sábado, o repetir la desafortunada frase del sacerdote “la corto o no la corto” “y ahora la piso”, pero quizás algunos de vosotros os perderíais un poco. Eso si, de repente empezaron a cantar en coro aquello de “Ven con nosotros a caminar...” y “señor, he dejado mi barca” y el “padre nuestro en ti creemos” y todos esos temazos de mi infancia, y me sentí bien. Tranquilos, no es que me haya dado un trombo en la vena católica, simplemente es un ejemplo más del océano de emociones que ha traído este fin de semana.
La del sábado fue maratoniana, comenzó a la una de la tarde con el cocktail en el restaurante y duró hasta las 8 de la mañana del domingo en una cafetería de taxistas en Embajadores. Así que el domingo al fin tuve tiempo para hablar con mis padres y enfrentarme al momento más temido del viaje. Si, si, el famoso “hijo, mejor que en España no vas a estar en ningún sitio”. Como todos sabemos, los niños y los borrachos nunca mienten, y los padres nunca se equivocan. Así que después del placentero chapuzón que me he pegado en la piscina del afecto y el cariño de los que me rodean voy a tener que rendirme ante la evidencia de que en España puedo ser feliz. Vamos, que le he vuelto a coger el gustillo a los pantalones cortos, las mejores cañas del universo, y la agenda inexistente. Y además, si un día quiero ser padrino veo mas posibilidades en Madrid.
Así que ya está, parafraseando literalmente “Decission made, case closed”. Y siguiendo con esta copia de gomaespuma todoacien añadiré que el plazo inicial son cuatro meses, pero soy flexible, la vida va y viene y no se detiene, así que como bien ha indicado alguna persona, es probable que de aquí a septiembre cambie cuatro veces las flechas del cartel del principio.

PS. Recordarme un dia de estos escribir sobre el overbooking