ALGUNOS DIAS SON MEJORES QUE OTROS, SALVESE QUIEN PUEDA
No se equivoquen, el titulo del post no está repetido, son idiomas diferentes y con otras perspectivas. Hay días que empiezan bien y acaban bien, otros que empiezan mal y acaban peor, y la mayoría de ellos que comienzan adecuadamente y tiene que venir el gracioso de turno y joderlos.
Pues hoy es uno de esos días incatalogables que ha empezado bien y va a acabar mejor, con un sol radiante, caminando hacia la oficina vestido “excesivamente casual”, esto es, le he puesto las perneras al pantalón y me he abstenido de llevar las sandalias y la tabla de surf, y aun así, al entrar por la puerta seguía siendo un friki inadecuado para una oficina comercial. (zapatillas blancas, pantalones de mochilero y polo de rugby, mochila, gorra de Fernando Alonso y gafas de sol)
Anyway, el tema pinta bien, es viernes, esta tarde playa, frisbi y futebol, mogollón de trabajo entretenido por hacer, amigos en el messenger con los que compartir vivencias, y la reostia total es cuando abres el email y te reclaman para una entrevista. Claro, lo primero que piensas es: “mierda, si yo ya tengo trabajo, ¿y ahora que? Quien me mandaría a mí ponerme a enviar CVs”. Aparte de la mediosonrisa del triunfador que además juega con las cartas marcadas, el siguiente paso consiste en afrontar al jefe y decirle la verdad desnuda, eso, que estas en el mercado y además con cierto éxito. Es el momento de los sudores fríos, temblores, espasmos abdominales... y más aun cuando el día anterior otro compañero ha anunciado su marcha... y yo subir a hablar con el jefe con estas pintas de irish en Benidorm. Pero es que hay días que las sorpresas van de bien a mejor. Mi jefe, que para eso es jefe, y puede hacer lo que le de la gana, me ha recibido con una sonrisa y al presentarle mi caso me ha contestado afirmativamente, pero la cosa no acaba ahí, no no, que vaaaa, va y me dice “sois la mejor generación de becarios que hemos tenido en la oficina, y me alegro de que tengáis oportunidades, cuando hay productividad doy los días libres que sean necesarios”. Claro, yo he dado las gracias por su permiso y por el cumplido y lo he compartido con mis compañeros.
Y de mientras, así por la mañana he mantenido una larga conversación en el messenger con una vieja amiga a la que llevo nueve meses de ventaja en lo de aprender a vivir tu propia vida, y me ha reconfortado ver que soy capaz de dar consejos, mirar la situación con perspectiva y en fin, dar el asunto vlaamse como saldado.
Pero claro, ¿a qué viene lo de “sálvese quien pueda”? Veréis, Acid tiene la extraña habilidad de encontrar trabajo en proyectos que van a la deriva, o que tienen una vía de agua más larga que la del Titanic, o que son una tabla resto del naufragio. No os asustéis, a la vez también he cultivado una extraña habilidad para saber cual es el momento para saltar del barco, nadar y guardar la ropa (y además hacer creer a los que se quedan en cubierta que todo les va a ir bien, por más que no queden botes salvavidas).
La primera experiencia fue hace cuatro años, mi primera beca, la de los días de vino y rosas en el lobby, venga a beber nespressos, venga a cambiar comidas por documentos, venga a escribir papeles, venga a pegarnos con la comisión. Aquello era el Euro-puticlub en estado puro, incluso demasiado para un lugar tan serio como la Bruselas Comunitaria. Tanto que en un momento dado decidí largarme, por una cuestión de salud mental y porque era imposible que yo le diera la vuelta a aquello. Mis razones tenía, cuatro años después solo queda una persona de todo el equipo en la oficina.
Segundo acto: una multinacional americana de gran fachada, cotización en wall street, grandes contratos de gestión servicio cliente, y mucha pasta para contratar a lechones como yo para hacer el trabajo sucio en el mercado español y portugués. Allí estoy yo, rodeado de alemanes arrogantes que consideran normal gritarle a su jefe en una reunión, de gente que no se para a pensar como funciona el sistema, el contrato, los rendimientos, en fin, todo lo básico para saber si estamos produciendo o perdiendo el tiempo. Ante esa perspectiva, y después de la experiencia de lobby, uno es capaz de sacarle mas jugo a lo que no se dice que a lo que se dice, o incluso a lo que se dice mirando hacia el lugar equivocado. En una organización, cuanto más grande, más baja la mierda al escalón inferior, y cuando el canapé se convierte en vehículo de promoción, se tienen dos opciones: te pones las rodilleras o te buscas otra cosa sigilosamente. Mi salida de la empresa fue un sorpreson y para que negarlo, un placer inmenso. Mis compañeros me regalaron buen vino, y sabían que era afortunadísimo. El que mejor lo sabía era el director, y por eso me llamó para hacerme un tercer grado y que le explicara el compadreo que tenía montado a sus pies. Una vez más el tiempo me dio la razón, pocas semanas después despidieron a tres de mis compañeros y a mi program manager.
Y aquí estamos, en el tercer acto. No pienso volver a España a esclavizarme por 20.000€ sin seguridad social, así que he sacado los prismáticos y me he puesto a otear el horizonte en busca de tierra firme. Yo puedo salvarme y me voy a salvar. Cuando salte del barco os lo cuento, eso está prometido.
Mientras llegan y no llegan las ofertas el día ha de seguir mejorando que para eso es viernes, así que para comer disfrutaré de los huevos tontos que preparé anoche, y a las 16:30 enfilaré el camino de la playa. Cuando esté tumbado en la arena pensaré “que stress”. Y después de que baje el sol despegará el pájaro noctámbulo que llevo dentro.
2 Comments:
Qué buen plan de viernes! Qué bueno, sí señor!
Me alegra ver que miras hacia adelante con la cabeza bien alta. Mis mejores deseos.
petu, petu,petulante mio.
Si tu te crees tu discurso autojustificativo y te sirve adelante. a mi me suena solo a eso.
cuidado no te quemes en la playa y fuera de ella.
ah! si cobras 20000€ por una tarea no eres un esclavo chato. un respeto a los esclavos.
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