Un añito en el infierno

Wednesday, June 14, 2006

Preguntas

Hay días en que el protagonista de este blog se hace preguntas. Preguntas retóricas, preguntas sin respuesta, preguntas estúpidas, preguntas que no quiere responder, preguntas que nadie quiere responder o que ni siquiera me atrevo a plantear.
La pregunta numero uno en el ranking de hoy es : “Do you think you are who you are or you can chan-ge it and control who you are?”
Desde fuera, los que me conocéis estaréis pensando que soy como soy, para lo bueno y para lo malo. Desde dentro se ve de otra forma. A veces soy como soy, y estoy encantado de conocerme, otras veces puedo cambiarlo y controlarlo, pero también me ocurre que a veces no puedo hacerlo. La respuesta que encuentro es que no hay respuesta correcta, es como los tests de personalidad que te hacen en las selec-ciones de personal, te dicen aquello de “no hay respuestas buenas o malas, responde lo que te venga a la cabeza”, LOL, menos mal que he aprendido a sortearlos porque si pusiera lo que de verdad se me viene a la cabeza probablemente los psicólogos perderían su trabajo.
En fin, quizás la respuesta más cercana a mi posicionamiento me la han dado desde fuera, soy como soy, no puedo cambiarme pero si reciclarme.
La segunda pregunta del día es: “¿Que demonios significan estos sueños?” Os explico. Anoche hacía tanto calor que no lograba dormirme, y cuando iba a conseguirlo estalló un tormentón, así que abrí la ventana para refrescar el ambiente, ver los rayos, y escuchar la lluvia. Me encanta escuchar la lluvia.
Y cuando me quedé dormido soñé, y lo raro es que lo recuerdo, y más raro aún es que no tiene ningún sentido, ni conexión con la realidad. (o igual si pero yo no lo se). Se supone que los sueños se componen de vivencias, reflejos, experiencias cercanas o lejanas, pero esto no hay por donde cogerlo.
Caminaba por el pasillo de una escuela dejando en el suelo lacasitos, si, si, con un tubo amarillo iba soltando lacasitos de ácido, para que el resto de niños se los comieran, les diera el subidón y se montara una gordisima. Cuando ya había recorrido toda la escuela por supuesto una profe me pilló, y me acusó de ser un junkie y querer drogar a todo el colegio con mis lacasitos ácidos. Yo le respondí todo solemne diciendo: “NO son lacasitos, son SMARTIES”, ella pensaba que yo intentaba desviar la atención del tema principal (reparto indiscriminado de drogas en un colegio) a otro tan irrelevante como la marca de las drogas, así que insistía en sus acusaciones. Y yo, ni corto ni perezoso le dije: “está usted loca, simplemente estoy repartiendo smarties entre mis compañeros, y si no me cree, pruebe uno”. Y lo probó. No veáis su cara de sorpresa al descubrir que efectivamente, lo que yo había diseminado por los pasillos y aulas eran Smarties, no eran Lacasitos y mucho menos Ácido.
En este sueño no había ninguna cara ni lugar conocido. Juro que yo no había estado allí en mi vida, ni conozco a esa señora, ni me he metido jamás un tripi; y no como smarties desde que mis tiempos de teenager en Irlanda (hace 14 años)
Segundo acto:
Estoy con un amigo indeterminado hablando de rugby, de lo bien que había jugado Stringer con el Munster hace unos días en la final de la Heineken Cup, y en la siguiente imagen estoy jugando en un equipo, haciendo de scrum half, y haciéndolo muy bien. El público aplaudiendo y yo flipando al ver lo bueno que soy. Y al final del partido me encuentro con Brian O´driscoll, voy a hablar con él, y me igno-ra, no me conoce, me trata como a un fan cualquiera, y entonces me despierto. Lo curioso es que me perdí la final de la Heineken Cup, pero me he puesto a mirar los titulares de la prensa anglosajona, y resulta que Stringer hizo el partido de su vida.
Y aquí estoy, dándole vueltas a mi existencia trascendental y el aluvión de coincidencias me inundan. Se admiten respuestas

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