Un añito en el infierno

Friday, June 02, 2006

Que pesaaaaos, que pesaaaaos

Joder, yo solo quería ver el putrefacto telediario del canal internacional de TVE (si, si, esa cadena que se han inventado para flagelar a los españolitos que un día mas o menos lejano, y con motivos variados decidimos buscar nuevos horizontes). En esto que empiezan a dar el tostón con la cantaora, y venga a hablar, el hermano, la piriodista, elmodovar, y toda la saga de chupacámaras que la querían muchiiisimo. Bien, la Sra en cuestión debe ser una institución en nuestra patria, pero de verdad, a mi me preocupa más el calentamiento global, el proceso de paz, el descenso del paro, la emigración, y por que no decirlo, los ketchup que nos representarán en Alemania.
Acepto que sea la noticia de portada, que le dediquen unos minutos, pero NO el telediario entero. Y esto ocurrió por la mañana. Por la tarde por supuesto tomé medidas drásticas (quizás no lo suficiente), y me quedé con Roland Garros y National Geographic. Digo que no lo suficiente porque en un intermedio se me pasó por la cabeza intentar leer las noticias en el teletexto de nuestro glorioso canal público. Craso error, me resultó imposible concentrarme al escuchar de fondo como el encargado del cementerio de Chipiona explicaba, sobre un plano del camposanto, con todo lujo de detalles, el lugar y la forma de enterramiento de la dichosa cantaora. ¿De verdad hay alguien a quien le importe eso? Tardé unos segundos en reaccionar y eliminar el volumen de la emisión, pero aún pasé unos minutos dándole vueltas a la vulgaridad que puede alcanzar el periodismo alimentado por la mediocridad de nuestra sociedad. (estas gilipolladas morbosas no las harían si no hubiera dos millones de casposos frente al televisor)
La guinda del pastel la puso Joaquín Cortes. Después de observar el desfile de famosos consolidados muy compungidos y de riguroso luto aparece el tío simpático con un traje azul celeste y la media sonrisa de los triunfadores a expresar su consternación (sin poder esconder la sonrisa de acabar de echarse un buen polvo, no se de que tipo)
En todo este homenaje al gusto patrio y el drama magnificado voy a romper una lanza en favor de un periodista. Soy ácido pero también intento ser ecuánime. Así que me alegró escuchar a Lorenzo Milá comenzar el telediario de las 9 ofreciendo la noticia de la Sra Cantaora explicando que había librado una dura batalla contra el cáncer y, como muchas personas anónimas la había perdido. En fin, que todos tenemos un familiar o amigo que se nos ha escapado de las manos por culpa de la enfermedad, y que cada una de estas personas merecería ponerle un altar en televisión para tratar de ilustrar el sufrimiento injusto de esa batalla, a veces no recompensado.

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