Un añito en el infierno

Tuesday, May 23, 2006

Pongamos que hablo de tí

No se me ocurre que escribir hoy. Así de claro, sencillo y expresivo. El día es gris, pero gris de esos que no ofrecen ninguna esperanza de cambio, bueno si, pero solo hacia un tono más oscuro. Es lo que tiene esta región de la vieja Europa. Garlic and water. Se me había pasado por la cabeza tocar un tema todavía virgen en este blog, pero casi mejor que siga virgen (como yo) y mejor me rallo con las aventuras de Willy Fog.
Cada vez que aterrizo en Zaventem y enfilo el largo pasillo subterráneo me encuentro con un acertado cartel, con coloridas imágenes y en varios idiomas dice “Bienvenido a casa”. Entonces en mi cara se dibuja una sonrisa.
Este finde estuve en Bruselas, ciudad que despierta en mi una relación de amor-odio-amor, esto es, 66% de amor y 33% de odio para ser exactos. Yo también era de esos que pensaban que es una ciudad gris, sin personalidad, encerrada entre Flandes y Valonia al servicio del monstruo burocrático europeo, y con poco o ningún atractivo turístico/cultural/ludico. Es cierto que la Grand Place, el meón y la Catedral se ven en dos patadas, y que al Atomium no te molestes en hacer el viaje. También es cierto que el tiempo de perros me-cago-en-su-puta-madre hace acto de presencia con demasiada frecuencia. Y siguiendo con la rajada habré de admitir que no siempre camino tranquilo de madrugada, y que detesto ese falso estatus de ciudad bilingüe en la que solo yo parezco tener un nivel adecuado de flamenco (que además pongo en práctica a la mínima ocasión, solo por tocar los atributos).
Pero óiganme, me encanta ese ambiente multicultural, de torre de babel, en el que puedes conocer a alguien de casi todas partes del mundo, disfrutar de esa amplísima oferta culinaria, que combina lo más tradicional de nuestra tierra (y sus diferentes identidades nacionales), con la innovación mal entendida llevada al extremo de servir un plato de 30x30cm con un pegotillo de carne en medio y unos polvos de pimentón a modo de adorno. Y que decir de la oferta socio-cultural, a simple vista un piensa “cuatro bares para turistas y punto pelota”, pues NO, quizás hace falta que te lleven de la mano a los lugares más recónditos, bodegas, estaciones de tren abandonadas, mansiones coloniales en el extrarradio, mercados de abastos...
Lo mejor de Bruselas es sin duda su gente, o mejor dicho, mi gente. Esa tribu de seres humanos que un día llegamos con una maleta cargada de ilusión y juventud, nos conocimos por inercia, afinidad, o necesidad de cariño para afrontar el día a día. Ahora en la maleta hay más canas y un poco menos de ilusión, pero seguimos riéndolos juntos con las mismas tonterias, escuchando la misma música, transitando los mismos bares, y haciéndonos la misma pregunta: “y después de Brussel que?
No hay un “después”, porque aunque no estemos físicamente allí, seguimos volviendo periódicamente al lugar del crimen para recuperar el tiempo perdido y seguir disfrutando de las mil sorpresas que esta ciudad nos reserva.

Sunday, May 21, 2006

Siempre nos quedará la Play

Este post ha sido CENSURADO por consejo de un AMIGO con mayusculas.

Los motivos:
1- Incumple una de las goldenrules autoimpuestas (la de no escribir en caliente porque se mezclan los colores)

2- Podría hacerme perder lectores.

3- Simplemente no tengo huevos para publicarlo...

Pero lo guardo en el email asi que mañana puedo cambiar de idea, o hacerlo disponible solo tras petición motivada.

Thursday, May 18, 2006

Noches de futbol, Dias de resaca

¿Quien me mandaría a mi ir al Pub a ver el futbol? Mira que podia haberme quedado en casa, comoda y ampliamente espanzurrado en sofá, con la cerveza, las aceitunas, las patatitas y todas esas cosas que ayudan a digerir los goles. Pues no, como un borrego enfilé el camino del Fiddler / Oficina . Y alli estaban las hordas inglesas y catalanas amontonadas, sudando, gritando y consumiendo el liquido amarillento endemoniado culpable de mi tremendo dolor de cabeza e incapacidad absoluta para cualquier tarea intelectual o manual. Los colegas en primera fila, como esta mandao, comiendonos la tele entre las cejas. Y nada, a disfrutar, a socializar y a descargar toda esa testosterona que llevamos dentro. El resultado es lo de menos, si yo en realidad queria que perdieran los dos. Bueno, esta bien, cuando la rubia cañon empezó a animar yo hice como que le seguía la corriente. Pues eso, 90 minutos en un rectangulo verde corriendo detras de una pelota con 80.000 gargantas en el cogote y media Europa paralizada por el evento. Imaginense ustedes lo que va a ocurrir de aqui a tres semanas cuando comience la copa del mundo. DEL MUNDO = osease, que se paraliza el mundo por capitulos, hoy Argentina y Holanda, mañana Arabia Saudi y España, y asi hasta 32 países.
Ahora parense a traducir este tinglao en pollos y pollas (o deberia decir gallinas), ingiriendo alcoholes en los bares o simplemente en su sofá. Pues me salen tropecientos trillones de euros.
Pero eso no es lo peor, no no, lo peor viene en el mogollón de “dias despues” que vamos a tener que afrontar. Dolores de cabeza, mareos, falta de apetito, inutilidad manifiesta y concentrada... Además de que el humor de todos ellos dependerá directamente de si la bolita blanca ha entrado en el marco correcto. Haganse una idea, en Países Bajos, durante el pasado mundial las bajas laborales aumentaron un 20% el dia de partido (del equipo nacional) y el posterior. Puestos a hacer negocio hasta con la resaca de la gente, una aseguradora ofrece a las empresas cobertura especial para cubrir las bajas en este periodo.
Me duele la cabeza.

Wednesday, May 17, 2006

Como si fuera un Calcetín

Desde esta atal-Haya quiero hacer un llamamiento a todos vosotros para tratar de resolver un misterio que me castiga desde hace casi seis años, y que me temo no soy el único que sufre.
Cuando el ser humano decide salir del cascarón de la adolescencia, bajar del nido y echarse a volar, una de las primeras realidades que afronta es el hecho de que la ropa no se limpia sola, ni huele bien por ciencia infusa; requiere un ritual semanal de lavado-secado- planchado-doblado previo a su uso. Hete aquí que el misterio se refiere a la primera de las fases en relación con la ropa interior del tren inferior.
La primera vez que pones una lavadora (esa gran desconocida), es todo un desafío, con todo tipo de inconvenientes añadidos y detalles a mejorar:
Acción Reacción
“mierda, me he olvidado el detergente” Bolsita de detergente en la maquina a un eurito
“Suavizante, ¿y eso que es?” Picores y visita al super para la próxima vez
“meter la ropa mezclada y amontonada” Que curioso, no recordaba que toda mi ropa interior fuera de color rosa/azul
“ya secaré la ropa en casa” Toda la casa llena de ropa mojada sin espacio
“bien, esta vez usaré la secadora” Ropa acartonada, estoy tirando el dinero del suavizante
“¿planchar para que? ya se estira sola la ropa” La gente me mira raro, ¿nunca han visto un español en este país?
“oops, mancha en el traje, y esto no puede ir a la lavadora” Ir a la tintorería... “20€ por limpiar un puto traje, a este paso me compro otro nuevo”

Y así se pueden seguir enumerando mil tiernas historias del pollito que va aprendiendo a batir sus alas en la vida y solucionar de forma más o menos ortodoxa la cuestión de la vestimenta. Y digo mas o menos ortodoxa porque conozco gente a quien cuando se les acaba la ropa interior limpia se limitan a ir a El Corte Ingles y comprar más ropa interior. También conozco quienes usan calzoncillos “de doble uso civil/militar”, osease, un día por un lado y otro día del revés.
Pero entre todas estas peripecias, hay una que sigue sin respuesta, sin solución, y que cualquier día nos va a dar un disgusto serio. ¿Que hace la señora lavadora con los calcetines? Si, si, ¿por que demonios cada tres lavados tenemos un calcetín viudo? ¿que han hecho estos suaves pedazos de tela para merecer tan triste final? La respuesta fácil es aquella de “se te habrá caido el otro calcetín al trasvasar la ropa” o “te lo habrás dejado dentro de la lavadora” o “ni siquiera lo habrás metido a lavar”. PUES NO, durante años he adquirido la habilidad de evitar todos estos errores insignificantes, y estoy en disposición de ACUSAR A LA LAVADORA DE COMERSE MIS CALCETINES.
Me gustaría saber si este es un hábito extendido entre todas las lavadoras del universo, si alguien ha descubierto algún compartimento secreto en el que recuperar mis queridos calcetines (o al menos sus restos, para proporcionarles un honorable final), y sobre todo, si se han dado casos en que esa maquina infernal ha engullido otras preciadas prendas de vestir, o incluso puesto en peligro la integridad del ser humano.

Tuesday, May 16, 2006

Los dias de Vino y Rosas

Pensaba escribir hoy sobre los dias de vino y rosas, pero tengo una necesidad más urgente y mundana: CHOCOLATE. He abierto el cajón de la mesa y: “horroooor, solo queda un Twix!!!”. Momentos de tensión en la Ofecomes, búsqueda en los demás cajones, encuentro una galleta de chocolate integral que lleva allí desde antes de la guerra.
Los días de vino y rosas, aquellos en los que nos dejábamos llevar por la corriente, de la mano de baco y eros. No es que tiempos pasados siempre fueron mejores, sino que los tiempos pasados se pueden evocar, los futuros no. Es una cuestión de certeza, y hago hincapié en ello para los que me tacháis de melancólico. NOOOO, soy realista. Seguro que nos quedan un montón de pequeños y grandes placeres por disfrutar, pero cuando quieres sentirte bien, tu mente llama aquellas imágenes y sensaciones que te han dado lo que necesitabas en el momento preciso.
Intentemos hacer lo mismo con el futuro, soñar despiertos, atraer esas ilusiones, darles forma, ponerles fecha...
Por mi localización geográfica debería evocar mejor los días de Cerveza y Tulipanes, pero no es lo mismo. Cervezas te puedes beber mil, y los tulipanes se plantan cada primavera. El vino embriaga, llena y satisface. Las rosas al igual que el vino requieren cuidados, tiempo, reposo, y desprenden EL aroma.
En Vino me inspira, me provoca, me desafía y me vence. Las rosas alegran la vista, el olfato, arrancan sonrisas, y hasta pueden borrar las palabras afiladas arrancadas por el vino.
Es cierto, la falta de chocolate me lleva al delirio, o noooo. Después de leer este texto veo bostezos, varios bostezos en vuestra mirada, y alguna sonrisa. Me quedo con esta última

Monday, May 15, 2006

TOP GUN: y Sigo con DAMASCO

TOP GUN: y Sigo con DAMASCO

Fin de semana de esos que dejan marcas en el sofá porque la distancia más larga recorrida es la que separa el “siesta-maker” del frigorífico, y en contadas ocasiones del baño. Pues anoche estaba ya en la fase III (cenao, cagao y tapao por la mantilla de avión dispuesto a elegir una película), y se cruzó en la programación esa peli mítica que da titulo al post. Fue una elección fácil, casi automática. Mi cerebro pedía carnaza facilona, romanticismo y acción con final feliz, y además hacía muchiiiiisimo que no veía esa peli. ¿Quién de vosotr@s no quiso estar en la piel de Tom Cruise o Kelly McGillis en su día? Sin darnos cuenta la película tiene ya veinte años, la banda sonora sigue siendo igual de buena, sigo intentando aprender a cantar a dúo con piano “great balls of fire” y poniéndome tierno con “Take my breath away”, y he conseguido admitir que nunca pilotaré un F-14 ni me ligaré una rubia como esa. ¿y que? No os creáis todo lo que pasa en la tele, mejor, no os creáis ni el 10% de lo que pasa en la tele. Porque el artillero del Tomcat puede tomar el control si el piloto está indispuesto, porque a Tom le habrían dado puerta de la escuela de vuelo en la primera infracción, porque si realmente no se hubiera duchado antes de la cena ella no le habría abierto la puerta, porque al sacar la foto del Mig los dos aviones habrían entrado en pérdida, y porque en el último combate lanza 5 misiles cuando solo despega con 4. Aun así, para un domingo por la noche cumple el objetivo de entertainment.

Claro, después de esta proamericanización bélica inocua (sin daños colaterales, a pesar de dejar viuda a Meg Ryan y a otras cuatro mujeres rusas), y al encontrarme algún comentario de esta mañana me da por volver a Damasco. Resulta que en ese país situado en el “eje del mal” pasé una semana buscando el dichoso eje, o el núcleo del mismo. Y venga a dar vueltas de aquí para allá, mezquitas, templos, pedruscos, castillos, retratos de Hafez, y Bassar que rezuman buen rollo al estilo Prada a Tope, soldados con el fusil del revés, beduinos con camello, y nada, que no encuentro el dichoso eje. Así que se me ocurrió una teoría que a los ojos de Bush puede resultar hasta verosímil.

El color del islam es el verde, no cualquier verde sino un verde un poco fosforito. Y es el color que predomina en las mezquitas. Así que me aventuré en el patio de la gran mezquita omeya de Damasco (con los zapatos de la mano, pensando “ay que frio esta el marmoooool”), buscando el núcleo del eje del mal. Allá donde los rezos se convierten en gritos, la devoción en posesión y los fieles en mártires. Y me encontré la luz verde brillante, y los fieles a su alrededor, y me iluminé: Ya está, si era tan fácil, lo verde es Kriptonita, y por eso Bush quiere destruir Siria.
No me cuenten rollos, lo de Hariri estuvo feo, mal planeado y muy obvio, pero por esa regla de sais tendríamos que meter a medio Washington en la cárcel si hacemos recuento de golpes de estado, dictaduras, elecciones fraudulentas... y al final del día, con cada guerra, bombardeo, embargo, represalia, los únicos que sufren son las personitas humanas que solo intentan llegar a fin de día o de mes, según el país y la circunstancia.

Friday, May 12, 2006

El ternasco de Damasco

¿Que cáspitas tiene que ver el Ternasco con Damasco? Lo primero es que una cosa rima bien con otra, pero eso es lo de menos. Si tengo que deleitar a mi amado público (si, si, delirios de grandeza ya en el cuarto post, es que me encanta recibir comentarios y que todo el mundo quiera ser el protagonista de mi blog, que por cierto es MIO, como el Scattegories) con una receta de la cocina tradicional aragobenelux, que mejor que escoger el plato que mejor me ha sabido en la vida por la sencilla razón de que estuvo a punto de costarme la misma.
En estas que aterricé yo por Damasco en pleno mes de diciembre, con un tiempo esplendido, la posibilidad de visitar un país extraordinario, por su gente, su historia, religión, peculiar percepcion de la política, y sobre todo de reencontrarme con dos personas que hicieron del B4 un acorazado inexpugnable y me enseñaron que 1+1+1+1 acaban sumando 9,3 si o si. Abreviando, uno de esos dias que el cuerpo dice “no me hagas patear más, quedate en la terraza del hotel con una cerveza bien fria (bien escaso y escondido en Damasco)”, hice caso al cuerpo y decidí preparar un homenaje a mis anfitriones.
Me acerqué a una carniceria de esas que degollan a los lechones de forma reglamentaria mirando p´allá (a la Meca) y me hice entender en arabe moderno (inglés, que para eso era una carniceria con precios para Xpats). Agarré las dos paletillas (si son pequeñas mas sabrosas) y me dirigí al horno de la cocina.
Puse las paletillas en agua con, dandoles unos cortes longitudinales, y me puse a picar unos ajos, para hacer el mejunje con aceite de oliva, perejil y pimienta. Con un mortero es como mejor queda. Después observé la cocina con horno de la que salia un enchufe por detras, de lo que deduje que el horno era electrico, asi que le dí a la manilla para precalentar a 200 grados, y mientras me puse a pelar unas patatillas y cortarlas en rodajas.
El caso es que a los veinte minutos el horno no calentaba, y agarré un mechero para iluminarme y ver que demonios pasaba con la resistencia. Afortunadamente el olor a gas me tiró pa atras antes de darle a la ruedecilla. PORQUE EL PUTO HORNO ERA DE GAS y no electrico.
Asi que con el acojone en el cuerpo cerré el gas, abri todas las ventanas y me fuí a la terraza a respirar. En fins, que casi vuelo por los aires en Damasco.
Vuelvo a la receta. Hay que untar las paletillas con el mejunje y ponerlas en la bandeja del horno a 200 grados. En el suelo del horno es bueno poner un recipiente con agua para que la carne no se quede seca. Y cada 20 minutos le dais vuelta a las paletillas y echais un poquito mas de mejunje. Cuando lleve 50 minutos sacais la bandeja y colocais las patatas haciendo una cama (no seais malpensad@s, que os veo). Y lo dejais asar otra vez, dando vuelta a la carne regularmente. En total como hora y media.
Y una vez listo, se prepara una ensalada con lechuga y tomate mientras les cuentas a los amigos lo cerca que has estado de volar por los aires su casa, y abres una botella de Monte Armantes Gran Reserva de 25 Barricas, año 1999, para tratar de quitarte el mal trago.
Preferiblemente comer recien sacado el cordero del horno, en una terraza, con vistas a la mezquita y 24ªC.

Prueba superada Buen finde y que aproveche

Wednesday, May 10, 2006

Mi vida en doce cajas. Y la solución habitacional

¿Te has planteado alguna vez cuanto mide/pesa/ocupa tu existencia? No estoy hablando de la escena de pánico contenido cuando te subes a la báscula en pelotas frente al espejo del baño. Me refiero a todo eso que rodea a la persona que se mira en el espejo.

Pues un día de octubre de 2005 lo descubrí, eran doce cajas rectangulares, amablemente cedidas por la frutera de la esquina, y cuidadosamente llenadas por la persona cuya casa y vida iba a dejar atrás. A pesar de que cuando pienso en ella tengo unas sensaciones muy contradictorias, y la herida no ha cicatrizado del todo, en este punto debo reconocer su valor y coraje para empaquetar mi vida y sacarla de la suya, sin hacer ruido y sin discutir, masticando y tragándose los sentimientos y recuerdos que iban dentro de esas cajas.

No te das cuenta de lo que has vivido hasta que tienes que transformarlo en un formato transportable (a ser posible en metros cúbicos para consignar en un contenedor TEU o FEU como haría mi hermano mayor). Pero si es difícil empaquetar, je je, ni la mitad que desempaquetar, porque la existencia de los WillyFogs nos condena a instalarnos casi siempre en una “solución habitacional” más pequeña y más cara que la anterior (efectos perniciosos de la inflación quizás).

No creo que haga falta relatar la dificultad de llegar a otra ciudad, otro país, otro planeta, y empezar de cero; más bien prefiero centrarme en lo de abrir las cajas, que en este caso era como si estuvieran más cargadas de radioactividad que Chernobyl... Para eso están los amigos, uno en especial gastó un día de sus vacaciones en venir a La Haya y apartarme de las cajitas cada vez que se me enrojecía la mirada y comenzaba el torrente lacrimal. Y los demás se fueron dejando caer por aquí, cada uno abriendo las cajas de mi vida a su manera, dejando que saliera de ellas todo el polvo acumulado y animándome a llenarlas con nuevas experiencias.

Pero claro, entrando en la vulgaridad física y dejando los sentimientos de lado, en doce cajas no caben mas que ropa, papeles, y recuerdos. ¿donde metemos el sofá? ¿y ahora donde coloco el PC? Con esta barba de taliban no me puedo presentar el primer día en el nuevo trabajo, voy a afeitarme... ¿donde coño esta el lavabo en esta “solución habitacional”? ¿Y el espejo?

Respuestas varias:
- el sofá subió por la escalera, no sin antes tener que convencer a mi casera de que un piso amueblado no implica que el inquilino no pueda meter sus muebles.
- El PC en el suelo no parecía muy cómodo para pasar las tardes de Commandos, necesitaba un mueble bonito y barato... ya sabéis por donde voy, eh!
- Si la solución habitacional tuviera lavabo adquiriría la categoría de “vivienda”. En mi precipitado aterrizaje en La Haya no me di cuenta de la falta del dichoso elemento de porcelana, ni del espejo que suele tener enfrente. Así que asumo que tengo un fregadero multiusos, razón de más para mantenerlo despejado. Y lo del espejo...

Efectivamente, agarré una bicicleta prestada y como un machote recorrí 10km hasta la famosa tienda sueca de los expatriados, criaturitas infernales suplicando ser atropelladas por tu carro, y visitas que vienen de lejos y se hacen amigos para toda la vida (esta campaña publicitaria no la han podido emplear en Países Bajos porque la amabilidad con el cliente brilla por su ausencia). Compré el espejito mágico y otras ocho o diez chorradas de cocina que en realidad no necesitas pero te hacen sentir mejor y en un momento dado hasta empiezas a utilizarlas. Lo que en marketing se conoce como despertar la necesidad latente y convertirla en patente.

Y a partir de aquí empieza de verdad el blog, ahora que ya tengo utensilios de cocina, quizás empiece a desvelar secretos de la mía...

Tuesday, May 09, 2006

El principio del principio

Era una cálida mañana de septiembre de 2000 en la que yo, con lágrimas en los ojos ascendí por las escaleras que llevan al control de seguridad del M3 en El Prat. Sin darme cuenta estaba a punto de cambiar mi vida para siempre. El pipiolo/lechón/gorrión/ternasco estaba abandonando el nido, embarcándose en una aventura de la vida con más altibajos que el Dragon Khan, mucho vértigo y más adrenalina.
Abreviando hasta el extremo, una semana después conocí a una mujer maravillosa que se adueñó de mi corazón y de mi vida durante casi cinco años. En ese tiempo acabé la carrera, seguí estudiando y estudiando, tuve mis primeras experiencias en el mundo laboral, conocí a los que me sacan de los apuros emocionales y con los que celebro las buenas noticias...(no os voy a nombrar porque ya os dais por aludidos) y me dejé llevar en demasiadas ocasiones. Entre tanto aprendí dos idiomas y medio y descubrí las tres pasiones de mi vida: viajar, cocinar y los vliegtuigen. Luego vino la “feliz” idea de apuntarme al ICEX, para dar un giro profesional (y por entonces yo no sabía que personal) definitivo a mi vida.
Siete meses en el horno del stress llamado Alcalá-Ceco, acaloradas discusiones financieras siempre bien regadas con las cañas de los viernes, la música de Batiatto, los Killers, Coti, las barbacoas de Galapagar, las averías del metro... y los alardes de profesionalidad desde Castellana 14. Asi que otra calurosa tarde de julio, conduciendo entre Savona y Savigliano llegó ese SMS que movió los cimientos de mi existencia y ha inspirado el titulo de este blog. Por supuesto que lo borré inmediatamente antes de echarme a llorar como un niño, llorar de frustración, rabia, incomprensión... el texto rezaba algo así como “tu a La Haya y yo a Buenos Aires”. Y no es que me apenara que esa chica de Burgos se fuera a Buenos Aires, de eso me alegro por ella todos los dias cuando veo lo bien que está alli. La Haya significaba que mi relación con la mujer que había ocupado casi cinco años de mi vida estaba a punto de venirse abajo, “implosion, que dirian en Discovery Channel”. La Haya significaba dejar atrás el país del surrealismo (si, si, el waffle politiek) donde he pasado los mejores y los peores momentos de mi vida, pero sobre todo los mejores. Donde he conocido el sabor de la amistad en el curry más picante posible, la trappiste más cargada del universo o el dia del diluvio universal tantas veces repetido. Allí descubrí que yo también soy bricomanía gracias a una empresa sueca que vende muebles y perritos, sobre todo perritos para pasar mejor el trago de la factura desbordada por todas esas chorradillas que se caen dentro del carro por inercia. Y por qué no decirlo, ya que me he puesto a recapitular 5 años en 20 líneas, encontré mi faceta de RRPP, consejero sentimental-abogado-cerebro de DJ fallido.
También me he enfrentado al hedor de la política, el racismo y la incomprensión hacia los sacrificios que algunas personas hemos hecho por un solo motivo de cuatro letras mayúsculas. Pero he decidido que en este blog los detalles menos buenos deben ocupar menos espacio así que lo dejaré aquí.
Prometo volver cuando termine la nota de mercado, y despues de este prólogo, para acordarme del tema anticipo el titulo del siguiente post: “Mi vida en 12 cajas”

El prólogo del prologo

Explicaré el título del blog así en breve. Cuando comencé esta aventura de mi vida como willyfog/expatriado/perdido/encontrado me iba de erasmus durante un año. La palabra infierno tiene la acepción que tu estado de ánimo le quiera dar. Pues bien, evidentemente el prometido añito en el infierno de flandes no es el mismo que el del infierno Zuid-Holland, pero ambos tienen cosas en común, buenas y malas. El resto va en el siguiente post que ya está precocinado (como casi todo en Países Bajos.