Un añito en el infierno

Friday, July 14, 2006

¿Por qué tanto odio?

Hoy no pensaba estrujar neuronas contando banalidades ni cosas serias, pero la situación actual de Líbano me obliga a estas horas pre-fieston a replantearme el propósito inicial.

He pasado buena parte del dia posteando en un foro de Internet discutiendo inútilmente sobre el tema. Hace unos meses tuve la enorme suerte de pasar unas vacaciones en Líbano y Siria. Tengo amigos viviendo en esas tierras y de ahí llega mi preocupación e implicación en este asunto.

La primera sorpresa al llegar a Beirut fue ver como los libaneses han trabajado durísimo para sobreponerse a quince años de guerra civil, recomponer una situación demográfica y política digna de cubo de rubik y hacer de su país el más prospero de la región, sin apenas signos de la barbarie que sufrieron durante tanto tiempo.
Cuando hay tantas partes implicadas y un conflicto tan enquistado como el suyo, uno de los “precios políticos” (expresión muy de moda en Aspaña) a pagar consiste en tener un grupo terrorista controlando de facto la parte mas pobre del país y con ministros en el gobierno. Ese grupo terrorista llamado Hizbullah se ocupa de dar de comer a los refugiados palestinos que son tratados por todos los países de la región como parias de tercera división.

No creo que a los libaneses les guste tener esos compañeros de viaje, pero como he dicho, es un precio a pagar por mantener la paz en su país. Yo personalmente prefiero eso a que continue la guerra.
Desde Israel se argumenta que ellos abandonaron Líbano y que el gobierno de ese país permite a Hizbullah invadir Israel, secuestrar a sus soldados y lanzar cohetes contra objetivos civiles en Israel. A mi que quieren que les diga, bombardear un aeropuerto, sitiar un país por tierra, mar, y aire, y lanzar misiles y artillería contra áreas habitadas, causando por el momento 60 muertos, sigue sin parecerme “una respuesta proporcionada” al secuestro de dos soldados y lanzamiento de 5 misiles.

Mis compañeros de Beirut están en camino o ya en Damasco. Uno de ellos tuvo la tremenda suerte de utilizar la autopista media hora antes de que cayera un pepino de 500kg y la cortara, junto con la vida de varios civiles.
Aun así me impresiona hacerme a la idea de que Beirut sea una ciudad fantasma, cuando yo la he conocido llena de vida, con bares, restaurantes, gentes, tiendas, amabilidad y un ambiente fantástico.

Desde el pesimismo realista que la situación requiere, espero que a los Israelíes se les pase la fiebre y dejen de machacar a un país que ya ha sufrido suficiente. Y si no es demasiado pedir, que no se acerquen por Damasco porque allí igual al zumbao de Bashar y sus muchachos les da por responder y se organiza otra guerra Arabe-Israeli que no beneficia a nadie.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

comparto tu preocupacion por lo que está pasando en el Líbano, lo que los israelíes están haciendo ya pasa de castaño oscuro, son unos nazis genocidas y zumbaos que van a seguir desestabilizando oriente medio hasta que acabemos todos metidos en una 4ºguerra mundial, para regocijo de los exportadores de armas yankis, que son los mismos que apoyan a la derecha israelí desde washington.

esto no tendrá fin mientras sigan los republicanos en la casa blanca y mientras la UE y la ONU sigan siendo una panda de cagaos incapaces de decir esta boca es mía cuando toca.

3:02 AM  

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