Un añito en el infierno

Friday, December 08, 2006

Terrorismo para Beginners

Digamos que hace ya un tiempo, exactamente un mes, que vengo mascando y salivando la idea de este post. Como casi todos los post, los flashes de inspiración vienen y van, no siempre al antojo del que escribe en el adecuado momento con el ordenador cerca y el tiempo disponible, o como ya ha ocurrido en otras ocasiones, con la socorrida servilleta de bar o ticket de cajero automático en los que plasmar un recordatorio para después elaborar el post.

A lo que iba, si por fin me decido a escribirlo es probablemente porque he tropezado en Internet con una noticia tan inquietante como esta:

Flatulent Passenger Grounds US Flight
December 6, 2006
It may be one problem airline security officials never envisioned -- a passenger lighting matches in flight to mask the smell from her flatulence.
The woman's actions resulted in an emergency landing in Nashville on Monday of an American Airlines flight bound for Dallas from Washington, DC, said Lynne Lowrance, a spokeswoman for Nashville Airport.

Other passengers reported the smell of burnt matches, but the woman was not forthcoming when asked about it, Lowrance said on Wednesday.
"Of course, she was scared and embarrassed but all the passengers had to disembark, all the luggage had to be searched, a canine team was brought in, and about three hours were consumed in sorting out the situation," she said.
The woman was not allowed back on the flight and barred from flying on American Airlines, Lowrance said.

"Since there was no malice involved and the incident was accidental, she was not charged with anything," she said.
Passengers are permitted four books of paper safety matches on a plane but cannot light them during flight, Lowrance said.
"I've had calls from people all over the country about this," she said. "And I don't have the answer to this problem."
(Reuters)

El hecho de que un pasajero se ponga a ventosear indiscriminadamente en uno de mis adorados cilindros de metal alargados y rellenos con doscientas criaturitas como ustedes y yo, apiladas y estresadas, probablemente nos produzca a todos la triple reacción natural de carcajada, careto de asombro y finalmente malestar físico.

Ahora, que después de:
escanearnos mil veces,
• obligarnos a quitarnos los zapatos y cinturones,
• manosearnos (a veces incluso enfrente de todos los demás viandantes),
prohibirnos traer en el equipaje de mano la socorrida botella de vino,
• hacernos pelear con el segurata de turno por si ensaimada si/ensaimada no/ensaimada en vuelo directo pero no en transito porque entonces se la zampará el segurata de turno en Charles de Gaulle, Frankfurt o allá donde nos lleve el implacable afan por evitar la temida Iberia.
• Hacer que facturar equipaje o no se convierta en una complicada ecuación de quinto grado conjugando el coste de la facturación, la mayor o menor necesidad de aseo personal, el coste de comprar los botecitos y potingues en destino, la posibilidad de sufrir la confiscación de ese perfume que tanto les gusta a algunas y la necesidad de llegar antes y abandonar después el aeropuerto.

Resulte que en EEUU, (adalid de la guerra contra el terror, precavidos entre los juiciosos, tiquismiquis hasta la medula), se puedan llevar cerillas en un avión me parece indignante, insultante y un auténtico circo las restricciones que nos han impuesto en nuestra movilidad. Y no me quedo en la incomoda normativa de los liquidos en el equipaje de mano e inconveniencias asociadas, me refiero a la violación de la vida privada que sufrimos sin darnos cuenta cada vez que subimos a un avion.

Osease que para evitar un ataque terrorista (que antes o después se volverá a producir), nuestros gobernantes deciden despojarnos de libertades-mil y mientras tanto cualquier inconsciente se puede tirar un pedo de esos de resaca de güisqui (que son más tóxicos que el Polonio 210 en el sushi de un espia ruso) en un avión y en pleno ataque de insolidaridad y vergüenza provocar la ignición de la nube tóxica a base de cerillas y acabar volando por los aires el pájaro de acero o amargando el viaje a los sufridos compañeros de penurias aereas.

Si, si, el ávido lector que ha llegado hasta aquí estará ahora mismo mentando la exageración y dramatismo que invaden el post, pues sepan ustedes que los pedos son inflamables, muy inflamables, contienen metano, y si no me creen hagan la prueba. El próximo domingo de resaca pónganse el mechero o cerillas encendidas cerca del orificio y liberen la tensión del esfínter, el socarrado se lo garantizo.

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