Ay lof Belyium o razones para no usar paraguas

En días como hoy uno se caga en todas las flechas del amor que le lanzó cupido aquella tarde de septiembre de 2000 y se acuerda en términos poco optimísticos y no necesariamente en ese orden:

-de la inoportuna falta de vacaciones,
-de la inaplicación del protocolo de Kyoto
-del intrépido amiguete que le cedió la silla,
-de su propia animadversión hacia los paraguas*
-de la escasa potencia de la calefacción de su casa
-de lo elevado de los techos de la misma
-de la insípida parrilla televisiva
-de aquella X en la quiniela

-de lo bien que estaríamos todos en el susodicho lugar del capítulo anterior.


Pero en fins, que no pasa nada porque lluevan cats and dogs and cows and elephants, ni porque las rachas de viento alcancen los 90km/h, ni porque a las cinco de la tarde haga falta linterna y GPS para encontrar la boca del metro, ni porque el metro se inunde y haya que volver andando a casa. Y es que como dice ya más de una persona, “estoy muy fatal”, y es que hay que estar requetefatal para disfrutar con este clima y con este pays de dios como yo lo hago.

Quien escribe no teme una posible inundación, más bien se apresura con una sonrisa de oreja a oreja a buscar el chaleco salvavidas bajo la butaca pensando lo apasionante que puede ser sostener un sabroso vaso de Chimay en medio de la galerna.

*Razones para no usar paraguas:

-Su peso,
-Su carácter de trasto y dificultad de aparcamiento en sitios cerrados,
-Su uso ocupa una mano, restando margen de maniobra contra los carteristas
-Su uso ocupa una mano e impide teneros a vos en una y en otra una Chimay bramando canticos brabançones
-Se olvida fácilmente en cualquier parte
-La gente tiende a confundir con demasiada facilidad tu paraguas con el suyo (incluso sin haber traido uno)
-Con vientos huracanados siempre acaba haciendo crack y dejandote a la intemperie con un amasijo de hierros y cara de gilipollas.
-Jugar con un paraguas bajo la lluvia me trae ciertos recuerdos con efluvios ultraviolentos-Paso de que me confundan con Mary Poppings
-Total, siempre hay alguien que te hace un hueco bajo el suyo, y eso puede ser el comienzo de una gran amistad o lo que se tercie (si, si, después del paseo compartiendo el paraguas arrejuntandose contra la adversidad viene lo de “subete a tomar un café…”). Si quien ofrece su paraguas es del sexo opuesto, 2+2 son 4, y si es del mismo sexo 2+2 son 5 y lo que rima, o simplemente espera que tu le lleves el paraguas.

Ven por que me encantan las tierras de Flandes???