Bueno

Ando dándole vueltas a las múltiples acepciones de esa palabrita. Ayer, según dice el funcionario, teníamos un dia de “Bueeeno”. El piriodisto (si, piriodisto, porque es hombre; si fuera mujer sería piriodista) planeaba estrenar su pantalla gigante de cine con la enésima proyección de Casablanca. El banquero se conformaría con su mantita y Bridget. Este “Bueeeno” es consecuencia de un mal mal día. Uno de esos días en los que la realidad te agarra por la solapas y te da una bofetada, y tu la aguanta estoicamente, respondiendo al “hola que tal?” con un “bueeeno”.

Siempre que escucho el “aah bueeeeeno” me entran ganas de reír. Me recuerdan al marino que patentó la expresión, y a la situación que suele provocarlo. Es una expresión mezcla de alivio, admiración, halago y esperanza. Es la respuesta sobre algo que a primera vista no encaja, a los ojos o a los oídos del interlocutor. Puede tratarse de una explicación culinaria, una selección de vino, un enredo sentimental, un retraso justificado por una causa justa y satisfactoria…

Paso al “BUENO, BUENO, BUENO”. Cierto es que se le escapa más al banquero, pero todos la utilizamos de vez en cuando. Es una explicitación de testosterona (muy educada ella) buscando una válvula de escape. Se nos escapa con cierta frecuencia en Lux, Chat y otros lugares de reunión diurnos. Porque para un “BUENO,BUENO,BUENO” hace falta buen motivo.

Termino con el “Buenooooo” , que viene a ser una exclamación concentrada de preocupación contenida cercana al pánico. Su uso es eminentemente profesional, aunque también puede ser útil si la cagada sentimental alcanza un volumen ciertamente enorme. (de esos que requieren un ramo muyyyyy grande, y Marcolinis, osease, artillería pesada).

La secuencia podría ser la siguiente:

Amiguete saluda y pregunta inocentemente por tu estado de ánimo, a lo que respondes con un “bueeeno”. Y claro, un buen amigo se interesa por el fondo del asunto, y ante la magnitud del desastre suelta un “Buenoooo”. El interlocutor inicial, trata de quitarle hierro al asunto, comentando que tiene un plan de X en tal, a lo que su amigo responde con un “aah bueeeeno”. En ese momento, se produce una aparición celestial de una firme candidata a madre-de-los-hijos-del-piriodisto, que provoca una expresión al unísono “BUENO, BUENO, BUENO”.